Las influenciadoras del orden y la limpieza

Detrás de este fenómeno social, se esconde un suculento negocio de venta de productos

Iván Alonso

Con Marie Kondo triunfando en Netflix y ascendida a icono del orden mundial, la limpieza se ha convertido en un nuevo fenómeno de masas. Algo que se ha puesto de manifiesto especialmente en Instagram, donde los influenciadores del fitnes y de la moda ven cómo los productos de limpieza rivalizan con la comida sana o las gafas último modelo. En esta red social han irrumpido con fuerza las influenciadoras de la limpieza (en inglés cleaning influencers), que muestran al mundo imágenes de brillantes mostradores de cocina o de suelos limpios y que acumulan cientos de miles de seguidores que siguen sus consejos para emular esa pulcritud en sus hogares.

Por ahora las más conocidas provienen del mundo anglosajón y son exclusivamente mujeres. La más popular es la británica Sophie Hinchliffe, que acumula 1,7 millones de seguidores en Instagram. Conocida como Hinch, esta peluquera de 28 años de la ciudad inglesa de Essex comparte fotos de su inmaculada casa, así como vídeos de ella misma desinfectando sus cubos de basura. Su apellido se ha convertido en una marca propia. La compra de productos es un «Hinch haul»; sus seguidores son el «Hinch army»; y su enorme colección de piezas de limpieza se guarda en un armario especial llamado Narnia. En Reino Unido también triunfa Lynsey Crombie, un ama de casa de 39 años, madre de tres hijos y conocida como la Reina de la limpieza (Queen of clean). Desde 2013, protagoniza un programa de televisión en el Channel 4 británico «Limpiadores obsesivos compulsivos».

Al otro lado del Atlántico, la canadiense Melissa Maker tiene más de un millón de suscriptores en su canal de YouTube, Clean My Space, mientras que la estadounidense Becky Rapinchuk, que sólo tiene 275.000 seguidores en Instagram, ya se ha lanzado a la publicación de libros. Lo que tienen en común es que, detrás de este fenómeno social, el negocio se hace un hueco. Rapinchuk tiene su propia marca de limpieza y sus consejos son tomados al pie de la letra por sus seguidores. No es de extrañar porque, cuando la británica Hinchliffe ensalzó hace unos meses las virtudes de una almohadilla de limpieza antibacterias de la marca Minky el artículo se agotó en cuestión de días.

Varios expertos como Kate Joynes-Burgess, directora de BCW, una agencia de relaciones públicas que trabaja con influenciadores, apuntan a que el surgimiento de esta moda obedece a que el público se está cansando de las fotos de personas atractivas que posan en playas remotas con trajes fabulosos y socializando con amigos fotogénicos. «El mundo de las influenciadoras clásicas que patrocinan un estilo de vida ha sido criticado por estar en la cúspide de una crisis de autenticidad y que podría estar llegando a un punto de saturación».

Pero, eso sí, no todo el mundo aplaude el éxito de la influenciadoras de la limpieza. Los que están en contra argumentan que el hecho de que tanto ellas como su público sean mujeres refuerza los estereotipos de género.

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