La victoria del último lobo de Álava

La Diputación Foral ha paralizado la caza del animal, cuya especie será considerada «de interés especial»

Matías Nieto

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No era una «decisión fácil», reconocía el diputado general de Álava, Ramiro González, después de que trascendiera que su gabinete había dado luz verde a la caza del último ejemplar de lobo que habita en la provincia. El Gobierno Foral respondió de esta forma a las súplicas de los ganaderos, que protestaban por los incesantes ataques de este animal a sus rebaños. Sin embargo, la presión de asociaciones y partidos, unida a las iniciativas de defensa de la especie que paradójicamente promovía el Gobierno vasco, hizo ceder finalmente a la Diputación alavesa, que ha decidido cancelar las batidas. Al menos, por ahora.

La administración Foral concedió exactamente 14 días de permiso para dar caza al que es considerado el único ejemplar de «Canis lupus» del territorio, responsable de cientos de muertes de ganado en las sierras de Arkamo, Gibijo y Urkabustaiz -no se sabe a ciencia cierta si pudiera existir uno más-. La medida fue anunciada el pasado martes por el propio Ramiro González, quien apeló a la necesidad de «proteger a la ganadería extensiva» ante una situación que «se ha ido agravando hasta ser insostenible».

Según los datos que maneja la Diputación, el lobo causó en 2019 la muerte de 153 animales de ganado ovino, caprino, vacuno y equino. Se contabilizaron además 78 heridos y 76 desaparecidos. Son datos sustancialmente superiores a los que se registraron en años anteriores. Por ejemplo, en 2018 hubo seis ataques, y en 2015 apenas dos.

El anuncio de la Diputación desató la indignación de los movimientos y partidos ecologistas. Equo Berdeak denunció este «atentado contra la biodiversidad», y emplazó a González a escuchar las «voces acreditadas del cambio científico que piden una y otra vez la protección de esta especie por su valor en la conservación del equilibrio ecológico y en el patrimonial natural y cultural vasco». De hecho, la polémica viene de lejos: el pasado año, la asociación Ekologistak Martxan ya denunció la «colocación ilegal de cebos envenenados» en la zona de Uzkiano y «trampas lazo» en Gibijo.

Especie amenazada

Resulta llamativo que, paralelamente a la actuación de la Diputación de Álava por dar caza al lobo, el Gobierno vasco lo incluyera en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas (CVEA) . Eso sí, en la categoría de «interés especial», el nivel de protección más bajo, que implica la elaboración de planes de gestión, seguimiento y vigilancia. Según explicó el Ejecutivo autonómico, dicho «estatus», que en el País Vasco se aplica a un total de 89 especies, situará al lobo al nivel del gato montés, el armiño, el gavilán común o el Martín pescador.

En el documento, el Gobierno recuerda que en España se considera al lobo como una especie amenazada en la mitad sur, por debajo de la línea del Duero, y que las diferentes Comunidades Autónomas están adoptando medidas «en función de sus realidades». Asimismo, Bruselas anunció recientemente su voluntad de subvencionar las indemnizaciones públicas por daños al ganado ocasionados por los ataques a esta especie,

Por estas razones, el Departamento de Medio Ambiente llegó a la conclusión de que el lobo no tiene en el País Vasco la consideración de especie «en peligro de extinción» y, por tanto, no procede su inclusión en una categoría reservada para aquellas cuya supervivencia es improbable si los factores causales de su actual situación siguen actuando, sino en la de «interés especial».

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