El Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, detecta que no se tratan igual las enfermedades mentales en hombres y mujeres

Un estudio ha detectado que en el sistema sanitario vasco se tiende a pautar más antidepresivos a las mujeres que a los hombres

Pastillas y medicamentos sobre la mesa Matías Nieto

Miriam Villamediana

Hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud identifica el género como un factor de riesgo más en lo que a enfermedades mentales se refiere. Un estudio elaborado ahora por el Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde , viene a confirmar que, al menos en el País Vasco, existen diferencias a la hora de tratar enfermedades mentales entre hombres y mujeres.

Según esta investigación existe una mayor tendencia a recetar antidepresivos cuando las pacientes son de género femenino. En concreto, a ellas se les receta un 80% más de fármacos que a ellos. Sin embargo, se tiende a solicitar más pruebas de diagnóstico, como analíticas o pruebas de imagen, cuando el paciente es de sexo masculino.

Una de las explicaciones a estas diferencias la encontramos en el perfil de pacientes más habituales para cada tipo de dolencia mental. Por ejemplo, la mayoría de pacientes diagnosticados con trastornos por uso de sustancias son hombres. De hecho las autoras advierten del « infradiagnóstico » que existe de esta dolencia entre las mujeres y de los riesgos que esta situación conlleva. «El hecho de que permanezca parcialmente oculto en las mujeres las coloca en situaciones de mayor riesgo para violencia y agresiones sexuales», advierten.

Con los  trastornos de personalidad ocurre, sin embargo, lo contrario. Este tipo de dolencias, para las que habitualmente se utilizan los tratamientos farmacológicos psiquiátricos, se tienden a diagnosticar más en las mujeres. Esto en gran medida explica que la tendencia a pautar medicamentes sea mayor entre ellas. «Resulta necesario crear espacios de reflexión en el ámbito clínico que ayuden a reorientar la demanda», reivindican desde Emakunde. Reclaman además la necesidad de fomentar estrategias de promoción de la salud con « perspectiva de género ».

La directora del Instituto, Izaskun Landaia, destacaba durante la presentación del estudio que además, existen factores socioeconómicos que afectan a la salud de las mujeres. Son un colectivo más afectado por el desempleo y las desigualdades; también son las que más familias monoparentales concentran y las que se encargan mayoritariamente de las labores de cuidado. «Estas desigualdades repercuten directamente en la salud de las mujeres e inciden de forma relevante en las diferentes formas de vivir y enfermar de las mujeres y hombres», ha advertido Landaia.

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