Eusko Alkartasuna afronta su congreso más complicado

El sector crítico pide distanciarse de EH Bildu y pone en duda la transparencia del proceso

Un centenar de personas participa en un acto de EA en solidaridad con los expulsados EFE

Miriam Villamediana

En el año 1986 el ex lendakari, Carlos Garaikoetxea , lideró una escisión del PNV y fundó un nuevo partido político llamado Eusko Alkartasuna (EA) . En la actualidad es una de las formaciones que se integran en la coalición EH Bildu . El partido celebra este fin de semana un congreso que marcará su futuro y al que llega, literalmente, dividido en dos bandos .

De un lado se encuentra el sector oficialista , liderado por Eba Blanco, actual secretaria general y de momento la única candidata confirmada. En declaraciones esta semana a varios medios de comunicación, Blanco afirmaba que su intención es recuperar la «ilusión» de los afiliados después de casi cinco años de guerra abierta.

Como ya ocurriera hace 36 años, de nuevo Carlos Garaikoetxea, que a sus 83 años sigue activo, lidera al sector crítico que en clave interna se les conoce como garaikoetxistas . La tensión fue in crescendo cuando Blanco se hizo con la secretaria general tras expulsar a su principal opositor , Maiorga Ramírez, del proceso de primarias. Una sentencia posterior de la Audiencia de Álava dio la razón a Ramírez, y obligó a la formación a repetir las elecciones internas tras detectar un funcionamiento «anómalo».

Aunque al sector crítico no le servirá de mucho. Hace dos semanas, Maiorga y cuatro militantes más fueron e xpulsados del partido durante cuatro años . La dirección de Eusko Alkartasuna tomó esta decisión por unanimidad al considerar que habían cometido «graves vulneraciones» en contra de la estrategia de la formación en EH Bildu. Además, les acusaban de «incurrir en injurias o calumnias contra altos cargos del partido» y de «realizar manifestaciones públicas» que dañan su «imagen y la credibilidad».

Esta suspensión se hará efectiva a partir del lunes 21 de febrero, un día después de que culmine el cónclave de este fin de semana. Por lo tanto, aunque Ramírez finalmente decidiera presentarse, e incluso aunque se impusiera en la votación, en virtud de la normativa interna no podría tomar posesión de su cargo.

Sospechas de fraude

Este último movimiento no ha hecho sino incrementar las sospechas de un sector crítico que no termina de fiase de la votación que se celebrará este fin de semana. Han reclamado, sin éxito hasta ahora, que la votación, en lugar de ser telemática, se realice de forma presencial . Creen que habrá menos opción de fraude si los compromisarios votan a la vista de todos y en una urna.

Además, han denunciado que «no les cuadra» el número de compromisarios, 249, que ha presentado la dirección en relación con las bases del partido. En un escrito oficial firmado por un centenar de compromisarios incluso apuntan a un «posible fraude» porque creen que se podrían haber presentado más delegados de los que correspondería por número de afiliados. En concreto ponen como ejemplo el caso del País Vasco francés. Denuncian que esta federación estará representada en el congreso por 20 compromisarios, a pesar de contar, según sus cifras, con solo 22 afiliados.

Desde la dirección se defienden y aseguran que el proceso se hará «con todas las garantías» . Explican que, debido a la situación de pandemia, han contratado a una empresa especializada para organizar un congreso telemático. Aseguran que todos los participantes «sin excepción» podrán «participar con todas las garantías y en igualdad de condiciones».

Consecuencias para EH Bildu

La tensión interna que se vive en las filas de EA podría tener consecuencias más allá de la propia formación política. Fue uno de los fundadores de la coalición EH Bildu y en la actualidad representa casi el 20% del total de la formación. Y, precisamente, la pertenencia a la coalición independentista es uno de los principales puntos de fricción entre la corriente oficialista y la garaikoetxista .

El sector crítico cree que Bildu tenía sentido hace unos años, cuando se formó con la intención de integrar a partidos de diferente ideología. Sin embargo, consideran que en la actualidad se ha convertido en un partido único, dominado por Sortu, donde apenas hay cabida para diferentes sensibilidades. Por eso proponen que en el futuro la coalición se limite a «elecciones concretas» y recuperar la marca EA en otros comicios.

Pero esa salida de la coalición en determinadas ocasiones también podría pasar factura al poder político que acumula la izquierda abertzale . En la actualidad tres de sus 21 diputados en el Parlamento de Vitoria son de EA, uno de ellos además vicepresidente de la Mesa. También tienen un parlamentario en navarra, seis representantes en la diputaciones del país vasco y presencia en los ayuntamientos de las tres capitales vascas con un concejal en cada uno. A ello habría que sumar los tres representantes del consistorio navarro. Si EA deja de presentarse a las elecciones dentro de Bildu, la izquierda abertzale perdería el control sobre todos estos representantes.

En la sesión del sábado EA tendrá que aprobar las ponencia política y la ponencia organizativa para después elegir al nuevo secretario general. Previsiblemente Eba Blanco revalidará su cargo. La intención de la corriente oficialista pasa además por modificar los estatutos para eliminar los procesos de primarias y blindar la vinculación a EH Bildu .

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