Violencia de género

El Parlamento de Navarra “desprecia” el riesgo de Silvia a ser víctima de su agresor

La cámara foral retrasa el debate que permitiría los perros de protección para las víctimas de la violencia de género

Silvia González con su perro Sugi Cedida

Pablo Ojer

Lo que para un parlamentario supone un pleno parlamentario con menos agobio, casi una frivolidad, para Silvia puede suponer la vida .

“Tengo miedo, necesito sentirme protegida”. Con esta claridad, la navarra Silvia González lanza un grito de socorro . Su agresor, condenado en varias ocasiones tanto por agredirla como por saltarse la orden de alejamiento, está a punto de salir de la cárcel y Silvia está convencida de que, una vez en la calle, “vendrá a por mí”.

Lograr la seguridad de Silvia es sencillo. Desde hace un año está adiestrando a un perro para que le acompañe y le proteja. Pero la legislación actual no le permite entrar en determinados lugares con la compañía de su perro Sugi. Bastaría que el Parlamento de Navarra hiciera un pequeño cambio legislativo en la Ley Foral 14/2015 de protección de las víctimas de la violencia de género.

Pero la Cámara foral no parece tener mucho interés en permitir a Silvia estar acompañada de su perro, en facilitar la seguridad de una víctima de la violencia de género que tanto dicen defender. En un principio, la modificación se iba a debatir este jueves, pero el lunes la Mesa y Junta del Parlamento de Navarra decidió retrasar el debate. “Estoy pidiendo al Parlamento una pequeña modificación de la Ley para poder ir acompañada de mi perra asistencial de protección y este aplazamiento me está agotando más si cabe”. Porque ¿quién le dice a Silvia que la Proposición de Ley se debatirá finalmente el 14 de febrero? ¿Quién le garantiza a Silvia que para entonces no será ya demasiado tarde?”.

Más de 213.000 firmas

“Que acepten a Sugi como mi perro de protección es la única opción que tengo para sentir que puedo mantener a salvo mi vida y la de mis hijos cuando mi ex salga de prisión. Necesito sentirme protegida y que mi lucha particular sirva de precedente para ponérselo más fácil a todas las demás”, asegura Silvia.

Porque no hay excusa para no debatir y modificar la Ley Foral de protección a las víctimas de la violencia de género. No sirve el tan manido “es que no hay dinero”. Porque la modificación legislativa que pide Silvia no requiere gastar ni un solo euro , basta con admitir a los perros de protección como animales terapéuticos que permitiría a Silvia estar en todo momento acompañada de Sugi, hacer algo tan sencillo, tan básico como tomar un café con sus amigas, ir a la compra o ir al cine con sus hijas.

Justo antes de Navidad, Silvia entregó en el Parlamento de Navarra 125.000 firmas que pedían la modificación legislativa. A día de hoy, esta petición alcanza ya las 213.000 firmas . Y el Parlamento de Navarra sigue sin hacer nada por su ciudadana.

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