Nueva Vulcano: «La pandemia acabará, pero habrá que ver cuántas salas sobreviven»

Las matinales de sábado y domingo del festival Madrid Brillante se han convertido en un nuevo clásico de la música en directo de la capital. Hoy le toca el turno a esta banda de rock

Los integrantes de Nueva Vulcano ABC
Nacho Serrano

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Desde el pasado diciembre, las matinales de sábado y domingo del festival Madrid Brillante se han convertido en un nuevo clásico de la música en directo de la capital, albergando conciertos de artistas de la talla de La Bien Querida, Natalia Lacunza, Rigoberta Bandini, Ana Tijoux, Tomasito, Cariño, Mala Rodríguez y muchos otros. Este fin de semana, contra viento y marea, siguen al pie del cañón con Nueva Vulcano, una de esas bandas que a pesar de no vender millones de discos nunca dejan de ser el ojito derecho de la crítica y la envidia (sana) de muchos compañeros de profesión. «¡Nunca hay suficiente, queremos más!», dicen los miembros de este trío barcelonés, cuya media de edad ronda los cuarenta, pero que mantiene la energía juvenil que transmiten sus canciones de rock melódico y anguloso. «No sé si es por el contexto actual, pero creo que tenemos muchas ganas de hacer cosas con otros grupos jóvenes de ahora, de hacer piña», asegura Artur Estrada (voz y guitarra). «Yo siempre había sido el pequeño en todo, después con el tiempo valoras el respeto de la gente más joven. Es como cuando bajas a la calle a jugar a baloncesto con chavales más atléticos y con más talento, que al final te saludan en plan, ‘bien jugado’. Pues mola, sienta bien».

Junto a sus socios Wences Aparicio y Albert Guardia, Estrada presentará hoy en el Teatro La Latina (12 horas, desde 14 euros) su flamante disco «Ensayo», grabado justo antes de la llegada del coronavirus a España. «Dimos gracias por haber podido hacerlo», dice Estrada. « Mezclarlo ya fue en confinamiento extremo y nos sirvió para mantenernos unidos y ocupados . Lo de publicar y tocar un poco ha sido decisión del grupo: teníamos ganas de compartir nuestra música con la gente y hacerle compañía, aportar algo. Este sentimiento ha pasado por delante de cualquier otra consideración o estrategia», afirma.

Hasta ahora han podido dar media docena de conciertos, en los que tanto ellos como el público han tenido que hacer un ejercicio de contención. «Nuestras actuaciones siempre han sido una experiencia bastante física, pero hemos observado que si bien no podemos movernos sí podemos conmovernos, y en ello estamos, intentando hacerlo bien y disfrutar de otra manera», comenta el cantante, que ve «fantástico» que se sigan llevando a cabo iniciativas como Madrid Brillante : «Es una buena forma de generar movimiento, de mantener la escena unida y de crear enlaces con el mundo del teatro que pueden ser de utilidad cuando todo esto pase».

La «escena» en la que se mueven Nueva Vulcano es la de los grupos de guitarras, que según Estrada, aún se mantiene muy viva. «¡Claro que sí!», exclama. «Como decía, tenemos muchas ganas de compartir experiencias con los nuevos. Ahora sacan disco Saïm, Power Burkas de por aquí, también del sello BCore… Salen muchas cosas con muy buena pinta». Reconocen, eso sí, que las nuevas modas (reguetón, trap), que apenas necesitan nada más que un ordenador , tienen las de ganar en cuanto a predominancia entre la juventud. «Han economizado en los procesos de creación. Lo del rock es fatigante y caro, encontrar un local, pagar, tener un equipo propio, cargarlo…».

Como buen grupo de guitarras, Nueva Vulcano son de los que se machacan los ensayos a muerte para alcanzar una conexión musical que se traduzca en un sonido compacto, directo y sin fisuras. De hecho, el título de su nuevo trabajo alude a cómo fue grabado: en una suerte de ensayo-concierto, con público. «Sí, tenemos unos hábitos de ensayo un poco bestias» , confiesa Estrada. «Podemos estar tres días seguidos ensayando ocho horas al día, parando poco. Nos gusta mantener la espontaneidad a la hora de hacer las canciones, la estructura, melodías y tal pero después miramos mucho que todo esté bien, repetimos mucho. Para ‘Ensayo’ hicimos un concierto doble justo antes de grabar, tocando las quince canciones nuevas para ofrecer a la gente algo distinto y asegurarnos que íbamos al estudio con los deberes hechos».

¿Qué le deparará a las bandas de guitarras en el futuro? ¿Las ganas de juntarse cuando acabe la pandemia harán que la chavalada pase de los ordenadores y vuelva a llenar los locales de ensayo, como antaño? «No tengo ni idea», reconoce Estrada con honestidad. « Habrá que ver cómo de escalonada es la vuelta a la actividad , sobre todo en las salas, cuánto se alarga todo esto y, cuando acabe, cuántos de estos espacios por los que se ha luchado tanto para afianzar sobreviven».

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