Los lugares impredecibles donde se han encontrado artefactos de la Guerra Civil

En los últimos 45 años se han desactivado más de 1.540 explosivos en la región

Algunos de los proyectiles encontrados en la región en los últimos años

S. L.

Unas obras, un río, una huerta... son algunos de los espacios donde se han encontrado artefactos explosivos de la Guerra Civil a lo largo de los últimos años. En total, más de 1.500 objetos detonados o desactivados por los especialistas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en menos de medio siglo. El último de ellos, sin ir más lejos, fue hallado esta misma semana en el centro de Aravaca por el movimiento de tierras acometido durante la construcción de unas viviendas.

Los técnicos especialistas en desactivación de explosivos (Tedax) de la Policía Nacional fueron los encargados de retirar una bomba de aviación de 50 kilogramos de peso con una carga explosiva de unos 25 kilogramos. Una vez neutralizada, bajo las pertinentes medidas de seguridad, el obús fue recogido sin tener que lamentarse daños materiales ni personales, antes de su posterior destrucción.

En julio, hasta tres artefactos de estas características fueron encontrados. El primero de ellos fue localizado en una obra de mejora del alumbrado público en el distrito de Carabanchel. Fueron los obreros los que alertaron a la Policía Municipal de la presencia del explosivo en la confluencia de la vía Lusitana y la calle del Faro. Poco después, aparecía en una finca de Moralzarzal un proyectil ruso antiaéreo del calibre 76, después de concluir las labores de extinción de un incendio. El último de los hallazgos, una granada de mortero, se produjo durante unas labores de limpieza en el río Henares.

Un año antes, en agosto de 2020, un paseante se topaba con un objeto metálico a medio enterrar en un descampado de Leganés. La Policía descubrió que se trataba de un proyectil 155 de la Guerra Civil sin explosionar, en perfecto estado de detonación. Meses antes, unos vecinos de Valdemorillo descubrían un mortero, muy oxidado y deteriorado, en una huerta del municipio.

La región madrileña es una de las que ha registrado mayor número de actuaciones para controlar este tipo de proyectiles. Por puntos, predominan aquellos escenarios donde hubo contiendas, entre otros, zonas de Villanueva del Pardillo, San Martín de la Vega, Boadilla del Monte, Brunete, Morata de Tajuña, Pinto, Fuenlabrada, Guadarrama, Villanueva de la Cañada, Arganda del Rey, Carabaña, Majadahonda y Tres Cantos.

En caso de toparse con un explosivo, los especialistas inciden en la necesidad de avisar a las autoridades y no manipular en ningún caso el artefacto, dado que este puede seguir activo y ser altamente inestable. Además, es imprescindible advertir a las personas que puedan estar por la zona del peligro existente, estableciendo un perímetro de seguridad de al menos 200 metros hasta la llegada de los profesionales.

El desconocimiento y el coleccionismo lleva a las personas a recoger estos artefactos sin ningún tipo de precaución, lo puede acarrear accidentes como el que ocurrido en el año 2013, en la localidad de San Martín de la Vega, donde un hombre resultó herido de gravedad por la explosión de un bomba de artillería.

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