Curiosidades de Madrid

La irreverente cópula de Atalanta e Hipómenes que enfureció a Cibeles

¿Quienes son los leones de la fuente más famosa de Madrid y por qué tiran del carro de la diosa?

MADRID Actualizado: Guardar
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Los leones que tiran del carro de la fuente dedicada a la diosa Cibeles no se miran entre ellos. Llevan la carga de la responsabilidad por haber ofendido a la diosa griega. Pero, ¿quienes son y qué hicieron para sufrir este castigo eterno? Los protagonistas de esta curiosidad son dos personajes mitológicos: Atalanta e Hipómenes. La historia de amor de estos dos jóvenes, transformados en leones, es el punto de partida del mito representado en este emblemático monumento de Madrid. Los pétreos felinos son obra del escultor francés Robert Michel.

Hipómenes se enamoró de una ninfa llamada Atalanta. Consagrada a Artemisa, la joven presumía de ser la mejor cazadora. No había nadie que ganara en rapidez a la ninfa.

Su ventaja sobre el resto era tal que no había hombre capaz de alcanzarla corriendo. Cansada de recibir proposiciones y alabanzas por su belleza, retó a todos sus pretendientes a una carrera en la que el ganador tendría derecho a ser su amante. Los perdedores serían castigados con la muerte. La ninfa, convencida de su capacidad para vencer a cualquiera, había consagrado incluso su virginidad a la diosa Artemisa.

Sin embargo, Hipómenes tenía un plan para lograr vencer. Durante la carrera Atalanta venció a todos sus pretendientes, menos a él. Pero no lo logró por méritos propios. Para conseguirlo necesitó la ayuda de Afrodita, la diosa del amor. Ambos urdieron un plan para ser más astutos que la joven ninfa. La diosa dio a Hipómenes tres manzanas de oro de sus jardines que debía dejar caer durante la carrera para distraerla.

Mito de Atalanta e Hipómenes en un cuadro de Guido Reni
Mito de Atalanta e Hipómenes en un cuadro de Guido Reni

Atalanta consiguió recoger las dos primeras manzanas de oro y alcanzarle de nuevo en la carrera. La tercera, hechizada para retenerla durante más tiempo, fue la que hizo que Hipómenes ganara la carrera, y con ella, el amor de Atalanta.

Según el poeta romano Ovidio, el amor triunfó entre ambos y, durante los primeros compases de su nueva vida, Atalanta e Hipómenes vivieron felices. Vivieron con tanta pasión que mantuvieron, sin saberlo, relaciones sexuales en el interior de un templo dedicado a Cibeles. Según el poeta lo hicieron bajo la influencia de Afrodita, que engañó a los jóvenes con artes lujuriosas, provocando la furia de la diosa. Los dos fueron transformarlos en leones y obligados eternamente a tirar de su carro.

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