La tripulación del narcosubmarino cazado en Galicia con 3.000 kilos de cocaína admite en el juicio su culpabilidad

Lo han reconocido, pero no confesado: se cuidan de no señalar a sus supuestos compinches. Con el ánimo de rebajar los 13 años y medio de cárcel que para ellos reclama la Fiscalía, los tres tripulantes del narcosubmarino interceptado con más de 3.000 kilos de cocaína en la costa de Aldán (Pontevedra) en noviembre de 2019 han admitido este lunes en el juicio su culpabilidad. Sin embargo, se han negado a delatar a los otros cuatro procesados que les acompañan en el banquillo de los acusados en el juicio que ha comenzado en la Audiencia Provincial de Pontevedra. No ha querido señalar a quienes, según la tesis de la Fiscalía, les esperaban en tierra coordinando todo el dispositivo para la descarga. Han callado por miedo, según han justificado. Por «temor» a su «vida» y a la de sus familias.

No habían sido sorprendidos 'in fraganti' de forma casual: los equipos de Investigación contra el Crimen Organizado (ECO) que la Guardia Civil ECO tiene en Galicia habían montado el operativo tras una alerta del Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de narcotráfico, con sede en Lisboa: había un semisumergible en el Atlántico navegando en dirección a las costas gallegas . Los 'narcos' enmendaron su plan inicial de trasvasar los 152 fardos con 3.000 kilos de cocaína en la entrada de la ría de Aldán. La nueva maniobra consistiría en hundir la embarcación, recoger a sus tres tripulantes –un gallego y un ecuatoriano– en la playa de O Foxo y recuperar la droga a posteriori. Sus planes, sin embargo, no llegaron a buen puerto .

Habían hecho todos los preparativos: los traficantes que estaban en tierra, según la tesis de la Fiscalía, en permanente contacto con el gallego que estaba a bordo, habían hecho las gestiones pertinentes de intendencia para conseguir un barco, una furgoneta, y hasta una compra en el Decatlhon de ropas de aguas y comida energética para el rescate de los tres tripulantes. Los investigadores estaban preparados y el despiste del individuo encargado de llevarle las ropas a los embarcados facilitó el operativo: las luces de su furgón alumbraban hacia el mar, y fue así como los agentes sorprendieron a los tripulantes saliendo del agua. Los dos ecuatorianos fueron detenidos 'in situ'; el gallego logró escabullirse y fue cazado días después.

La Fiscalía reclama la misma pena, de trece años y medio de cárcel y dos multas de 300 millones de euros, para los siete supuestos implicados por un delito contra la salud pública –con el agravante de la gran cantidad incautada y el uso de embarcación–. Sin embargo, los tres tripulantes y los cuatro que operaban en tierra han optado por estrategias distintas en el juicio, previsiblemente se prolongará toda la semana. A preguntas de sus abogados, el vigués Agustín Álvarez –patrón de la embarcación– y los dos tripulantes ecuatorianos, Luis Tomás Benítez y Pedro Roberto Delgado, han admitido su culpabilidad, han asegurado estar arrepentidos y han justificado su participación en la descarga por problemas económicos. Buscan una rebaja de pena, y, en el caso de los ecuatorianos, que están en situación irregular, sustituir una parte de la pena por la expulsión a su país. Los tres permanecían ya en prisión provisional.

Los otros cuatro –que habían estado en prisión pero acabaron quedando en libertad provisional– han negado la mayor y defendieron su inocencia. El vigués residente en Mallorca Iago Serantes, supuesto líder de la trama; su padre, Enrique Carlos; así como el también vigués pero vecino de Lérida Yago Rego, y el santiagués Rodrigo Hermida han negado su participación en los hechos y han defendido su inocencia .