Tribunales

La pesadilla de un verano de abusos a una menor con retraso madurativo

Se juzga en Pontevedra a un sujeto que incurrió en múltiples abusos sexuales pese a conocer la situación de la víctima

Ponteareas (Pontevedra), lugar de los hechos EFE

ABC

Ni el hecho de que tuviera 14 años, ni saber que padecía un retraso madurativo ni ser abuelo del hijo de sus padres de acogida. Nada de esto frenó al sujeto que, según la Fiscalía, en el verano de 2017 abusó sexualmente de una niña con un grado de discapacidad del 35% . A juicio esta próxima semana, en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra (desde el 6 de febrero), la acusación solicita una pena de 19 años y 10 meses de cárcel.

Según la Fiscalía, aquel infausto verano en Ponteareas (Pontevedra) lo pasó la menor en compañía del procesado y de su esposa. Sus padres de acogida habían enviado también a su propio hijo biológico a pasar los meses estivales. Para la niña, aquella estancia acabaría convirtiéndose en una pesadilla que empezó con mensajes de Whatsapp.

Así fue cómo el acusado abrió la puerta a aproximarse a la menor «con ánimo de satisfacer su instinto sexual», afirma la Fiscalía. En aquellos mensajes ya le proponía mantener relaciones sexuales, a los que la niña se negaba. Lejos de frenar, continuó, siempre con la precaución de instar a la menor a borrar todo aquello que le enviaba, que pronto subió de tono. Así, por un lado le transfería fotografías de sus genitales, y por otro, demandaba imágenes de ella «desnuda y en actitud sexual explícita» . La niña aceptó. Todos estos archivos continuaban en las memorias de los respectivos teléfonos móviles cuando fueron sometidos a análisis pericial.

El acusado dio una vuelta de tuerca a sus aproximaciones. Y pasó al contacto físico. Un día, en aquel junio de 2017, instó a la menor a salir a pasear a una zona de monte, próxima a su vivienda. Un lugar deshabitado y poco concurrido, ideal para sus planes . Allí se ubica una cuadra desocupada. Él la acompañó y ella accedió, confiada. «Guiado por el vil propósito de satisfacer su deseo sexual», siempre según la Fiscalía, el sujeto, una vez en el interior de la cuadra, procedió a realziar tocamientos y a besar a la niña. Esta se resistió. El patrón se repitió en otro día entre junio y julio.

Múltiples abusos

Lo peor estaba por llegar. Transcurrieron unos días y, entonces, el acusado, nuevamente, propuso la cuadra como lugar de encuentro. Y en esta ocasión no se detuvo: penetró a la niña hasta eyacular, «pese a que [ella] l e decía al procesado que parase, que no quería continuar ». Fue el primero de «múltiples» abusos sexuales, tanto en la cuadra como en el interior del domicilio. En todo momento, el acusado era consciente de la edad de su víctima y, por supuesto, de su discapacidad.

La Fiscalía considera que estos hechos constituyen un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal y de elaboración de pornografía infantil sobre menor de 16 años, por lo que propone una pena de cárcel de casi 20 años .

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