JUICIO DE DESIRÉE

La fiscal del caso Muimenta: «La acusada miente. Y querría mucho a la niña, sí, pero no bien»

La madre de Desirée tomó la última palabra para insistir en que no recuerda nada de la noche del crimen

La madre, durante la última sesión del juicio EP

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Seis intensas jornadas pusieron fin este lunes al juicio por la muerte de la niña Desirée Leal , en mayo de 2019. En el banquillo de los acusados, una única persona, su madre, a la que todas las pruebas señalan como culpable, sin lugar a dudas, de la muerte de la pequeña. De que la estranguló con sus propias manos después de intentar intoxicarla con sus somníferos no hay duda tras escuchar el testimonio de los expertos. La cuestión está en si lo hizo de manera consciente, o no. La respuesta la ofrecerán los nueve integrantes del jurado popular que desde la tarde de este lunes tienen sobre la mesa el objeto del veredicto de la vista, esto es, las preguntas sobre lo acontecido la noche de los hechos a las que deberán contestar de manera razonada y argumentada. Su visión del crimen marcará el futuro de la acusada , que hizo uso del último turno de palabra para recalcar, con voz rota, que no recuerda nada de lo sucedido y que su hija era lo que más quería. «No sé como pasó lo que pasó y aún no me creo que no la pueda volver a ver. Cualquiera que me conoce sabe que yo jamás actuaría así en mis plenas facultades », expresó ante el tribunal.

Tan solo unos minutos antes, la presunta filicida había tenido que escuchar unas durísimas intervenciones por parte de los letrados de las acusaciones personadas en el caso y de la propia fiscal, que echaron el resto para convencer a los jurados de la culpabilidad de una madre que, indicó el letrado del padre, «cosificó a la niña y pensó: si no es mía no es para nadie» . Todos estuvieron de acuerdo en que las declaraciones de la mayoría de los psiquiatras que desfilaron por la sala aluden a un trastorno mental, pero no justifican una desconexión con la realidad como la que la madre quiere hacer ver. O lo que es lo mismo, en palabras de la fiscal, «distinguía el bien y el mal y querría mucho a la niña, pero no la quería bien» .

Despejar las dudas del tribunal en cuanto al grado de alteración mental que la acusada presentaba centró buena parte de los esfuerzos de las acusaciones y del Ministerio Público, que elevaron sus conclusiones a definitivas manteniendo la petición de prisión permanente revisable por el asesinato de la pequeña . «Creo que de estar afectada, su afectación era leve. La eximente que pretende la defensa no tiene sentido. No hubo intoxicación medicamentosa porque le comprimió la laringe contra la columna vertebral. Lo venía pensando desde hacía tiempo y quería colar que se intoxicó ella. Hubo un forcejeo y la obligó a beber , de ahí los golpes que presentaba en la cabeza, que son pequeños impactos contra el cabecero de la cama» expuso el abogado del padre de la fallecida, que recordó la opinión expuesta por la psicólogas del Imelga para valorar que «las pruebas dicen que miente y que recuerda más de lo que dice».

Siguiendo el mismo guion, el letrado de la acusación popular ejercida por la Fundación Amigos de Galicia interpeló al tribunal para indicarles que «creemos necesario que el jurado entienda que la acusada tenía un plan premeditado para matar a su hija». Sin paños calientes, el abogado desechó el testimonio del tío de la acusada , que manifestó que las búsquedas de veneno que fueron extraídas de la tableta de Sandamil las había realizado él. «Sabemos que no fue él porque ni siquiera recordaba el nombre del veneno y está acreditado que la búsqueda fue explícita. Además, —reiteró— ¿por qué iba a buscar catorce veces en un solo día el término ‘estricnina’? ».

¿Cárcel o psiquiátrico?

La defensa de Sandamil optó, a la hora de defender su argumentario, por sembrar la duda entre los miembros del jurado popular, a los que lanzó varias preguntas directas. Entre ellas, si no pensaban que sería «más justo que evitara la prisión y fuera internada en un psiquiátrico» . El letrado insistió en que todas las facultades de la madre estaban nubladas en el momento de los hechos debido a una brote psicótico que llevaba semanas fraguándose, y anotó que ese «fue el único móvil que tuvo para asesinar a su hija». Sin perder de vista la estrategia desplegada a lo largo de todo el proceso, el defensor afirmó que «Ana —eligió usar siempre su nombre en un intento de humanizarla— merece un castigo por lo que hizo, sí, pero congruente » y eligió poner fin a su intervención presentado a la madre como una víctima de sí misma. «Ana ya ha sufrido bastante. Primero, por su enfermedad grave y crónica; y segundo, por la muerte de su queridísima hija , la cual sabe que provocó ella misma y eso le produce un dolor insoportable».

A espera de la resolución del jurado, que empezó a deliberar este lunes por la tarde , el padre de la fallecida ya avanzó una vez finalizado el plenario que va «a intentar imputar por falso testimonio» a los abuelos maternos de la niña y a la directora del colegio, quien fue al juicio «a mentir» y a negar que se hubiese activado un protocolo de acoso escolar hacia la menor. También adelantó que si no se imponen sus argumentos y su expareja no es condenada por la Audiencia a la pena máxima, recurrirá el fallo «sin ninguna duda».

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