Alberto Varela - CRÓNICAS ATLÁNTICAS

Los deberes del PP

El 2019 puede ser un buen año para el centro-derecha pero los deberes no se pueden hacer a última hora

Alberto Varela
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Puede parecer precipitado empezar a pensar ya en las municipales de 2019 pero no lo es tanto, porque el tiempo pasa volando y los candidatos necesitan calle e implicación con los problemas locales para poder calar en un electorado, que a la hora de escoger alcalde se muestra en su faceta más exigente. El voto local poco tiene que ver con el autonómico o el nacional, y así en Galicia sabemos de sobra de municipios tradicionalmente conservadores que escogen regidores marxistas, socialdemócratas, e incluso nacionalistas sin que la derecha haya sabido hasta ahora cómo solucionarlo, y no porque sean alcaldes maravillosos imposibles de mejorar sino porque es difícil mostrarse como alternativa si se está condenado, como le ocurre al Partido Popular, a la dicotomía de o mayoría absoluta o quedarse a las puertas del gobierno.

La experiencia es siempre buena consejera, con los errores se mejora, y una de las lecciones que ha aprendido el PP es que no funcionan bien los paracaidistas, porque la confianza del vecino se fragua poco a poco mostrando implicación local; yendo a comprar al mercado, escuchando el problema de la última aldea. Ni siquiera los cargos en otras administraciones son atractivo suficiente para ganar elecciones y en algunos casos pueden ser incluso contraproducentes. Que le pregunten al exalcalde de Ames, Carlos Fernández, que asumió la presidencia de la FEGAMP creyendo que sería un trampolín político y lo único que hizo fue alejarlo de sus vecinos y llevarlo a perder las elecciones en 2015. En el PSdeG ni se acuerdan de él.

El PP sabe de la importancia de recuperar poder municipal y por eso Beatriz Mato mira ya hacia Coruña, y en Ferrol y Lugo preparan también sus congresos locales. Y que no tarden mucho, que dos años pasan en un suspiro y hay mucha gente deseando contarles lo que está funcionando mal y que además necesitan la ilusión de que las cosas pueden cambiar.

2019 puede ser un buen año para el centro-derecha gallego, pero los deberes no se pueden hacer a última hora. Las elecciones no se ganan de atracón.

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