Alberto Varela

Cobain con alma de Stalin

Los alcaldes de las Mareas han pasado de ser la «new age» de la política gallega a caer en los tópicos más rancios. Modernos por fuera, antiguos por dentro

Alberto Varela
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La modernidad es fugaz y el que ayer estaba a la última se puede convertir de repente en una antigualla si no se recicla. Una pena, pero la vida es así. Tampoco vale de nada ser moderno por fuera y antiguo por dentro, porque la esencia carca sale al exterior en cuanto se le da la oportunidad. Lo saben bien los alcaldes de las Mareas que han pasado de ser la «new age» de la política gallega a caer en los tópicos más rancios. Del Castelao de vanguardia a Don Celidonio en sólo unos meses, porque en su caso la renovación era sólo estética. Para muestra, un botón: invitaron a La Coruña a sus amigos de Podemos y pagaron con dinero del contribuyente los billetes de tren, los de autobús y hasta los caramelos y pasteles.

¡Toma renovación! A nadie le amarga un dulce, pero normalmente cuando uno regala chuches a los amiguitos el dinero sale de la cartera de mamá, no de la de todos los ciudadanos.

Dicen que fueron cuatro pesetas, pero lo esencial es el gesto de confusión de lo institucional con lo partidista. Si lo hacen con las cantidades pequeñas por qué tenemos que fiarnos de ellos como gestores de las grandes. Capítulo aparte merece Martiño Noriega: lo pillaron intentando colar al concello la factura de la comida que celebraron en Santiago y lejos de pedir disculpas dijo sentir náuseas por las críticas. A ver si fue indigestión con los dulces, porque en la fiscalización al gobierno está la esencia de la democracia occidental. De la bolivariana no, claro...

Por mucho que los mareantes se empeñen en ser los más modernos del pueblo, con sus gorros y sus camisas de cuadros, las formas los delatan y los definen como personas profundamente antiguas. Como Kurt Cobains con alma de Stalin. Se sienten más cómodos en la Caracas de Maduro que en el París de Hollande y no han entendido todavía que lo que pide la ciudadanía es un cambio profundo que no se limite a una mera cuestión estética. Además, lo de las dictaduras del proletariado, de moderno no tiene nada de nada.

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