El cierre del 091 en Lugo y en Orense deja sin atender cientos de urgencias

El anuncio era conocido desde hace un año, pero no se materializó hasta el pasado lunes, momento en el que las salas del 091 de Lugo y Orense dejaron de funcionar después de años de actividad . La decisión responde a criterios de eficiencia valorados por la Dirección General de Policía, que optó por dirigir todas las llamadas que estas centrales recibían —unas 5.000 al cabo del mes— a la Jefatura Superior de La Coruña. Desde el SUP (sindicato mayoritario en Galicia) criticaron desde su presentación una medida que a su entender merma este servicio al ciudadano porque los agentes que atienden ahora las urgencias no están ubicados en su misma ciudad, y por lo tanto, «no conocen los nombres de las calles, por ejemplo o su ubicación».

Pero los agentes también reprochan que, aunque anunciado meses atrás, el cierre de las salas de Lugo y Orense se ha llevado a cabo de una manera improvisada que provocó que a lo largo de la semana «hubiera llamadas que no pudieron ser atendidas , pese al buen hacer del personal herculino». En concreto, 400 emergencias en cuestión de dos días, lo que supone un 40 por ciento de los requerimientos llegados desde las tres provincias, cerca de un millar. «La Sala de La Coruña acogió el servicio sin incrementar el personal necesario, lo que ha provocado un notable incremento de la carga de trabajo para los operadores, que inevitablemente se saldó con llamadas que no han podido ser atendidas», diagnosticaron los agentes. « El martes y el miércoles solo dos efectivos atendieron la sala de La Coruña en una determinada franja horaria , viéndose totalmente desbordados por el volumen de trabajo, lo que obligó a dejar sin servicio las provincias de Lugo y Orense durante al menos dos horas, solapándose el canal de comunicación de ambas provincias» debido a esta incapacidad, denuncian sobre los primeros días de rodaje del nuevo sistema operativo del 091 en la Comunidad. Por su parte, en las Comisarías de Lugo y Orense también « se detectó falta de información sobre el nuevo método de trabajo , canales, indicativos y procedimiento», lo que no ayudó a agilizar el colapso.

Ante la gravedad de la situación, desde el SUP solicitaron a la Delegación del Gobierno de Galicia que ordene una auditoría de las llamadas que no han podido ser recepcionadas en la central del 091 en La Coruña tras la polémica centralización. Denuncian que los ciudadanos no están encontrando un interlocutor válido y necesario ante situaciones de emergencia en las que los minutos son fundamentales para una buena resolución del hecho.

Hasta su extinción, cada mes, las Comisarías de Lugo y Orense gestionaban cerca de 5.000 llamadas que eran gestionadas «de una forma excelente por los operadores», siendo atendidas en apenas siete segundos de media, consiguiendo un tiempo de respuesta que se situaba en torno a los tres minutos, desde que se recibía la llamada hasta que la patrulla se personaba en el lugar para atender el requerimiento.

«En este servicio, la templanza, preparación y decisión de los agentes resultaba fundamental para iniciar la resolución de situaciones urgentes y en muchas ocasiones vitales. Una labor que gana calidad desde la cercanía», afirman desde el SUP. Sobre los compañeros afectados por los cierres, los efectivos gallegos reconocen que echan «también en falta un gesto de agradecimiento hacia los compañeros afectados por parte de los responsables de las plantillas que suprimen el servicio». Personal que será adscrito a otros servicios viendo, reprochan, perjudicadas sus condiciones laborales y económicas, en algunos casos.