La central de As Pontes se abastece para volver a quemar carbón ante la crisis energética

Mientras tramita su cierre debe estar preparada para producir y el operador del sistema le ha advertido de que este invierno podría ser necesaria

Central térmica de Endesa en el municipio de As Pontes MIGUEL MUÑIZ

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La próxima semana un barco cargado con 80.000 toneladas de carbón llegará a Galicia para abastecer a la central de As Pontes . La térmica tramita su cierre, pero mientras no recibe el permiso debe de estar preparada para producir electricidad. Ante la escalada de precios de la luz y las tensiones en el mercado del gas, el operador del sistema le ha advertido que durante el invierno es probable que su puesta en marcha sea necesaria.

Fuentes de Endesa confirman que se «están estudiando todas las opciones posibles ante el riesgo de que pueda haber un problema en el mercado internacional del gas o que venga un invierno muy crudo y que eleve la demanda de energía» . Desde la primavera de 2019 la central ha estado prácticamente paralizada debido a que los costes que pagaba por emitir CO2 se dispararon y no era capaz de ser competitiva. La última vez que fue necesaria su puesta en marcha fue en el mes de julio , donde las calderas volvieron a quemar carbón durante una semana. La central también se reactivó el invierno pasado para hacer frente a la alta demanda que surgió con la tormenta de nieve «Filomena».

Marcos Prieto, integrante del comité de empresa de As Pontes y secretario de política industrial de UGT en Endesa, explica que en la central quedaban tan sólo 42.000 toneladas de carbón y se ha dado orden de hacer acopio por si se necesita reactivar la producción en los próximos meses. El primer barco de 80.000 toneladas llegará la próxima semana y ya hay otro cargamento pedido. Prieto subraya que con la escalada de precios del gas en los últimos meses, la producción de electricidad con carbón supone ahora un ahorro de 40-50 euros por megavatio y «no tiene sentido encarecer aún más la factura de la luz». Además, el sistema eléctrico va a sufrir en los próximos meses una reducción de la capacidad de suministro . Está prevista la parada para recarga de tres nucleares en el mes de noviembre, 3.000 megavatios menos durante 35 días. Además la central de ciclo combinado de Sabón (que se abastece de gas natural) también se detendrá durante mes y medio.

En principio sólo se volverá a poner en funcionamiento uno de los cuatro grupos de los que dispone la central. La puesta en marcha de la térmica obligará a Endesa a traer personal. Ante el cierre previsto y la falta de actividad la compañía había ido ya recolocando a parte del personal de As Pontes en otras zonas. Según explica el comité, ya se ha comenzado a llamar a algunos de los trabajadores que se habían marchado para ver si pueden regresar. «Ahora estamos bajo mínimos de personal», indica Prieto.

La reactivación de As Pontes se produce en plena crisis energética. El precio medio diario de la electricidad bajará mañana un 20%, pero continuará en cifras disparadas, a 229,2 euros el megavatio hora. Hace un año la factura era de sólo 43,95 euros, un 422 % menos. Las tensiones en los mercados gasistas continuarán en los próximos meses. A las dudas sobre el suministro ruso, se añaden los problemas diplomáticos entre Marruecos y Argelia que podrían poner en riesgo el suministro a España a través del gasoducto Magreb-Europa. Argelia se ha comprometido ya a abastecer a España mediante la tubería del Megdaz, que llega directamente sin atravesar Marruecos, pero las autoridades españolas prefieren estar preparadas para cualquier eventualidad y tener la térmica de As Pontes disponible.

La producción de electricidad con carbón, uno de los responsables del cambio climático, se interrumpió en España en 2019. Desde principios de ese año, las térmicas no fueron capaces de vender su producción. En abril, Endesa decidía parar los hornos de As Pontes después de que los costes se hubiesen disparado. En septiembre anunciaba su intención de cerrar la planta, junto a la Litoral en Almería. En su escrito a la CNMV, la eléctrica apuntó al «precio internacional de las ‘commodities’ y a los nuevos mecanismos de regulación del mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2)» como los responsables de desplazar a las térmicas frente a otras tecnologías.

En virtud de los acuerdos firmados para luchar contra el calentamiento global, la Unión Europea se ha propuesto reducir un 40% las emisiones de CO2. Desde Bruselas se fijan los objetivos generales y después cada Estado pone en el mercado las toneladas que le corresponden. Para poder emitir, las industrias deben pagar un precio que se negocia en un sistema similar a la Bolsa. Si en 2018 la tonelada de C02 costaba 8 euros, en septiembre de 2019 llegaba a los 27. Ahora está ya por encima de los 60 euros. El sobrecoste expulsó a las térmicas de la subasta eléctrica, pero mientras no cierran de definitivamente, las plantas tienen que estar a disposición de Red Eléctrica por si se necesita recurrir a ellas.

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