Tribunales

Absuelto el Guardia Civil acusado de usar su cargo para tener sexo con una víctima de violencia de género

Conocía los problemas económicos de la mujer y sabía que ejercía la prostitución porque había trabajado en su caso y la llevó a su vivienda en el cuartel. La imposibilidad de constatar qué ocurrió allí ni si fue determinante la influencia de su cargo para ello lleva al tribunal a rechazar la acusación de la Fiscalía

La Fiscalía pedía para el agente 18 meses de prisión e inhabilitación por siete años ABC

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La imposibilidad de acreditar qué ocurrió en el cuartel de la Guardia Civil en el que el acusado tenía su domicilio y de confirmar que, de haber existido sexo, hubiese sido determinante para la aceptación de las relaciones por parte de la mujer el cargo de agente de la Benemérita del procesado ni la situación de víctima de violencia machista de la denunciante, han llevado a la Audiencia Provincial de Pontevedra a absolver al agente acusado por la Fiscalía de los delitos de solicitud sexual, negociación prohibida a funcionario y abuso de función . «La falta de ética que en cualquiera de los casos pueda derivarse del comportamiento del acusado subiendo a su domicilio particular con una víctima de violencia de género o incluso la sanción que tal acto pudiera merecer en el ámbito disciplinario no suponen que en este caso concurran los elementos exigidos por el tipo penal por el que se ha formulado acusación», señalan las magistradas, antes de exponer que «no consta» que el consentimiento de la denunciante hubiera estado «mediatizado ni condicionado en forma alguna ni por la condición de funcionario público del acusado ni específicamente por su consideración de víctima de violencia de género».

Sí relata el tribunal en la sentencia que el procesado, que entre 2016 y 2017 desempeñaba el cargo de brigada en el puesto de la Guardia Civil de Pontevedra, era quien supervisaba y decidía en las actuaciones relativas a la violencia de género y a las órdenes de protección vigentes y que conocía «con motivo de su actuación profesional» el teléfono de la denunciante, así como que ejercía la prostitución y que era consumidora de sustancias estupefacientes . El tribunal considera acreditado que el 26 de mayo de 2016 la llamó por teléfono y quedaron en un bar. Ese día, según el fallo, «acudieron y subieron juntos» al cuartel de la Guardia Civil en el que residía el sospechoso, «donde permanecieron al menos durante diez minutos, sin que se hayan acreditado otros hechos».

La Fiscalía acusaba al agente de haber abusado de su función para obtener sexo con esta mujer, a la que, por efecto de su profesión, había asistido como víctima de violencia de género. Según el escrito de acusación del Ministerio público, conocedor de sus problemas económicos, le ofreció pagarle el alquiler a cambio de acostarse con él . Había conocido a la denunciante en junio de 2016, cuando acudió a una visita hospitalaria tras una agresión machista. En este contexto, exponía la Fiscalía, el acusado ofreció a la mujer ayuda, así como un lugar para «preservar su seguridad». Días después, la mujer se personó en el cuartel de la Guardia Civil para denunciar el quebrantamiento de la orden de protección y medida de alejamiento impuesta a su pareja, cuando volvió a tener contacto con el agente.

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