Gota fría

La Vega Baja acumuló la lluvia de un año en dos días durante un temporal del que es «difícil» predecir réplicas

Los estudios apuntan a que las precipitaciones en la Comunidad Valenciana a lo largo del siglo serán torrenciales y muy concentradas en el tiempo

Imagen de los destrozos provocados por la gota fría MIKEL PONCE
Toni Jiménez

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La Vega Baja acumuló en dos días toda la lluvia que cae normalmente en la comarca durante el año, en el que ya se considera el mayor temporal de la serie histórica en la zona, al menos, en un siglo. Tanto es así, que se registraron un 40% más de precipitaciones que en el siguiente episodio con más volumen, en noviembre de 1987.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha hecho balance este miércoles de la gota fría que asoló algunas partes de la Comunidad Valenciana a mediados de septiembre. Dos episodios de intensas precipitaciones - cuya mayor adversidad se concentró entre la madrugada del jueves 12 y la mañana de viernes 13- en los que se recogieron más de 500 litros por metro cuadrado en Orihuela o los más de 400 registrados en Ontinyent .

Un fenómeno que es «muy difícil» de predecir con rotundidad hasta, al menos, dos días antes de que se produzca, a pesar de que pueda vislumbrarse a una semana vista. El delegado de la Aemet en la Comunidad Valenciana Jorge Tamayo, ha explicado que «no hay factores» para determinar si las lluvias torrenciales a las que está expuesto todo el arco Mediterráneo volverán a producirse este otoño, que empezará el 23 de septiembre. Eso sí, se espera que las temperaturas se sitúen en valores por encima de lo habitual durante esta época del año.

El jefe de Sección Climatología, José Ángel Núñez, ha calificado el último episodio de gota fría como un «temporal con características de octubre, a principios de septiembre». Fue la únión de tres factores -una DANA, la entrada de vientos húmedos con un buen recorrido marítimo y la interacción orográfica- lo que desencadenó la catástrofe.

«Es raro tener un 11 de septiembre una configuración atmosférica así», ha comentado Nuñez, al tiempo que ha aclarado que no existe una relación directa entre el volumen de lluvias acumuladas y las consecuencias que estas provocan. La gota fría de hace unas semanas fue la mayor de la historia de la Vega Baja, superando a la conocida como «riada de Santa Teresa» de 1879, en la que murieron mil personas cuando se desbordó el Segura. La cuestión es que en ese caso, el río se fue acrecentando por las lluvias que cayeron sobre su cabecera, pero apenas se produjeron precipitaciones en la comarca alicantina.

La prevención resulta fundamental de cara a estos fenómenos pero el trabajo de Aemet termina una vez la lluvia toca el suelo. La protección de los entornos en riesgo, como las zonas costeras o las cercanas -como en este caso- a los ríos, corre a cargo de otras instituciones. Tamayo llama a «aplicar el sentido común y preocurar no ponerse en situaciones de riesgo». Nunca va a ser posible evitar al 100% el peligro pero sí se pueden intentar paliar los efectos con «las mejoras infraestructuras posibles». En esa misma línea, el delegado territorial de la agencia estatal pone el foco en todos los trabajos que se están llevando acabo sobre los futuros escenarios y situaciones a las que nos enfrentaremos. Una aplicación inmediata de esos estudios es, precisamente conocer «hasta que punto lo que tenemos ahora puede soportar o no lo que nos viene en el futuro. Seguir analizando y actuando en esa línea».

A esos mismos análisis hacia referencia Nuñez al asegurar que es «complicado» atribuir de forma directa un caso concreto con el cambio climático porque «no podemos decir que se haya producido porque el mar este más cálido de lo normal». No obstante, sí que es «coherente» comparar estos episodios con las predicciones para el siglo XXI que apuntan a que las precipitaciones en la Comunidad Valenciana se están distribuyendo de forma torrencial, menos días de lluvias pero muy concentrados en el tiempo , como ha ocurrido en esta ocasión.

De hecho, durante este mismo año hidrológico - entre octubre de 2018 y junio de 2019- las precipitaciones se han distribuido en cuatro episodios breves . La incertidumbre es cómo afectará este cambio de modelo al volumen global anual de lluvias, aunque la tendencia es que sea a la baja.

Un verano muy cálido

El de 2019 ha sido un verano muy cálido - el octavo más caluroso desde 1950 , ocho de cada diez en el siglo XXI- con temperaturas por encima de la media pero normal en cuanto a precipitaciones.

La temperatura media se ha situado entorno a los 23,8 grados, una cifra muy parecida a la nacional. Las máximas más altas se registraron, sobretodo, entre los meses de julio y agosto. De hecho, el día 9 de este último mes, en Xátiva el mercurio marcaba 43,5 grados y en Valencia capital se llegó a los 41,4.

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