María Eugenia Donoso, ayer, durante la entrevista
María Eugenia Donoso, ayer, durante la entrevista - MIKEL PONCE
SOCIEDAD

María Eugenia Donoso: «Hay que dejar de normalizar actitudes que son enfermizas»

La modelo de tallas grandes y fundadora de «Plus Trends» apuesta por destacar la diversidad en las pasarelas

VALENCIA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A sus 31 años, la modelo María Eugenia Donoso ya ha estado al borde de la muerte por, según admite, «una decisión propia». El descontento con su imagen la llevó a sufrir anorexia, adelgazando hasta los 44 kilos con consecuencias como la pérdida de pelo o de dientes. Ahora, desde su agencia «Plus Trends», atiende a mujeres de tallas grandes para subir su autoestima con las herramientas del mundo de la moda. Ayer narró su experiencia ante miles de jóvenes en el congreso «Lo que de verdad importa» celebrado en Valencia.

¿De qué modo se desarrolló su enfermedad y cómo salió de ella?

Empezó a los ocho años cuando quise participar en el coro de la escuela y me escogieron por la voz pero no podía formar parte del VIP porque era gorda.

A los 12 años comencé a tomar pastillas para adelgazar y a los 16 años ya acudía a centros estéticos. Acabé el colegio y empecé a modelar porque creía que era una plataforma para comprobar que no era la gordita que cantaba bien. En el primer casting me dijeron que tenía que perder 18 kilos hasta los 40. Empecé a entrenar muchas horas al día, pero no estaba bajando de peso sino generando más músculo, así que dejé de comer durante los siguientes cinco años. Desarrollé anorexia, de la que falleció mi mejor amiga. Ahí descubrí que es una enfermedad que te mata y busqué ayuda. Entre psicólogos, nutricionistas y psiquiatras mejoré con un tratamiento. Las consecuencias es que ahora tengo hipotiroidismo, daños en la pituitaria, desórdenes hormonales y no puedo tener hijos. Mi cuerpo está como si se hubiera quedado en los 13 años. Mi sobrepeso está causado por las pastillas para adelgazar.

¿Cómo afecta psicológicamente todo este proceso?

Es muy difícil, largo, extenuante y constante, porque requiere de mucha disciplina. La decisión de recuperarte es la más importante que tomas.

¿Qué ejemplo pretende dar ahora a las jóvenes?

Que le den mucho más valor a la autoestima y a la persona. Ahora pienso que es una lástima haber gastado los mejores años de mi vida con esta enfermedad que yo decidí tener. No se trata de un accidente o de un cáncer, sino de una decisión que tú tomas. Yo tengo un espejo al que me enfrento todos los días y decido sentirme bien conmigo misma sin importar cuánto pese.

¿Está habiendo una revolución en la moda para ensalzar lo diferente?

Sí, y creo firmemente que será una revolución en todo el mundo que al final se normalizará. Veremos a modelos de tallas grandes desfilando junto a las delgadas. La clave es mostrar la diversidad, no fomentar un modelo o el otro.

¿Se visibiliza lo suficiente todo lo que ocurre en el mundo de la moda?

No. La gente tiene que saber que no es normal que una mujer coma kleenex para no engordar o que se maten de hambre antes de una pasarela. Lo más importante es dejar de normalizar comportamientos que son enfermizos.

¿De qué forma se enfrenta una joven al prototipo de belleza?

Es complicado porque hay mucha información y muchas plataformas a favor de la anorexia y la bulimia, además de presiones físicas, económicas y de comportamiento. El plan ideal de ser millonaria y bella está muy lejos de la realidad. Las jóvenes tienen que enforcarse en los estudios y en crear cosas.

¿Tiene algún referente femenino?

La juez Sonia Sotomayor, la primera dama estadounidense Michelle Obama, la nutricionista Ana Isabel Gutiérrez o las modelos que empezaron la tendencia de tallas grandes, como Denise Bidot y Ashley Graham.

Ver los comentarios