Tribunales

Juicio de la viuda de la CAM: un amigo del acusado achaca las 200 llamadas a asuntos de negocios

Amigos de la familia Sala reconocen las malas relaciones de Martínez con sus hijas

La hermana de la víctima, durante el juicio el pasado jueves EFE

J.L.F.

La quinta jornada del juicio con jurado por el asesinato de María del Carmen Martínez , viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala, transcurrió ayer con las declaraciones de testigos no pertenecientes a la familia. El tribunal juzga al yerno de la víctima, Miguel López, único acusado de matar de dos tiros a su suegra en diciembre de 2016 en el concesionario que regentaba.

Uno de los interrogatorios fue a Jesús Tavira, propietario de un desguace situado cerca de Novocar -donde tuvo lugar el crimen- y elemento clave para la defensa del único acusado. Preguntado acerca de su relación con López, explicó que le unía a él una larga relación comercial de «más de veinte años» basada en que «le compraba coches» cuyo estado ya estaba «para el desguace».

También confirmó que mantuvo más de 200 conversaciones telefónicas con el yerno de la víctima en los meses anteriores al crimen, entre agosto y diciembre de 2016. Una de estas comunicaciones se produjo, precisamente, el 9 de diciembre de 2016, el día en que Martínez acudió a recoger un coche a Novocar. Según Tavira, llamó a López con el fin de «alquilar una furgoneta».

Otro de los argumentos que utiliza la defensa del acusado es la presencia de dos personas de origen magrebí a las que vieron el día de autos visitar el concesionario, y se ha señalado que uno de los que llamó la atención sobre estos movimientos «sospechosos» fue Tavira.

Pareja sospechosa

El día de los hechos, el propietario del desguace acudió «cuando estaba oscureciendo» a recoger la documentación del vehículo que había alquilado y durante su estancia en el concesionario, vio a la pareja que para la defensa resulta sospechosa .

«Ellos vinieron por la mañana a comprarme a mí un coche por 3.000 euros», señaló el testigo, que añadió: «Cuando por la tarde les vi por Novocar, les dije que ahí no iban a encontrar coches por ese dinero».

Tavira, que aseguró que «nunca había visto» a la víctima, pero que sí «conocía a su marido», recordó que después de efectuar los trámites del alquiler de la furgoneta, se quedó un tiempo «en la puerta, hablando por teléfono» y, posteriormente, se marchó.

En la jornada de ayer también declaró un abogado y amigo de los Sala, el cual afirmó que aconsejó a María del Carmen Martínez que buscara una empresa de seguridad para protegerse , ya que esta tuvo conocimiento de que «alguien» había entrado en su habitación y había tomado fotografías de papeles privados importantes. Entre esos documentos, las capitulaciones matrimoniales.

«Ella me insistió en que esa intromisión no la había realizado una persona de la familia», mantuvo. Del mismo modo, sostuvo que Martínez le explicó que la dinámica familiar «estaba siendo auspiciada por elementos externos».

En cuanto al control del «holding» empresarial, relató que el hijo de la víctima, Vicente Sala , se negó con un «ya es tarde» a que su madre llegara a un acuerdo con sus hermanas para desactivar la situación de crisis que vivía la familia. Según el testigo, para el hijo «las circunstancias ya no lo permitían».

El testigo comentó que la redacción del decálogo incluía la eliminación de la «acción de oro» , ya que incluso era una figura cuestionada por la Unión Europea. Finalmente, la víctima no entregó el acuerdo a las hijas.

«Había perdido la cabeza»

Por su parte, otra amiga de la familia, apuntó, a preguntas del Ministerio Fiscal, que en el tanatorio y a propósito de la declaración de Vicente Sala a la Policía, Miguel López le dijo que esperaba que su cuñado «fuera prudente», ya que en la familia había conflictos «como en todas» y que lo que todo el mundo sabía es que su suegra «había perdido la cabeza» .

Una frase que, para la testigo, «traspasó todos los límites» ya que a escasos metros estaba el cuerpo de María del Carmen. No obstante, negó que oyera a López decir que, como siguieran los comentarios acusatorios, le acabaran deteniendo.

De Miguel López, con quien dijo que se llevaba «muy bien», indicó que «le gustaba ser el protagonista y el centro de la reunión»: «Una persona extrovertida y muy vehemente en su forma de hablar».

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