Vilñeta del Corto Maltés
Vilñeta del Corto Maltés - ABC
Cultura

El Instituto Francés muestra la evolución gráfica del Corto Maltés

Paco Roca recuerda cómo el estilo «sintético y potente» del dibujante Hugo Pratt supuso «una revolución» en la tradición del cómic

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Coincidiendo con el retorno de las aventuras del Corto Maltés –retomadas hace un año por el guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Rubén Pellejero-, el Instituto Francés de Valencia dedica hasta principios de abril una exposición al mítico antihéroe del cómic franco-belga. La muestra, titulada “El tiempo de la aventura”, incluye decenas de reproducciones de acuarelas, láminas y viñetas extraídas de los álbumes creados por el italiano Hugo Pratt entre 1967 (fecha de publicación de “La balada del mar salado”) y 1988 (“Mu”). Todas las obras han sido cedidas por la sociedad suiza CONG, que detenta los derechos universales del Corto Maltés.

Elegante, enigmático y bien parecido, la ficción nos cuenta que el famoso marino nació en Malta en 1887, fruto de la unión de un súbdito británico y una gitana de origen sevillano.

Las andanzas de este personaje abarcan toda la historia del siglo XX. En sus aventuras, contextualizadas en lugares tan dispares como la Nueva Guinea alemana, Brasil, la Guayana Francesa, Antillas, Venezuela, Unión Soviética, Mongolia, Turquía o Suiza, el Corto Maltés conoce a personajes históricos como Jack London, Stalin o Rasputín. Este trasfondo didáctico, este “poso serio”, es una de las razones que llevaron a Paco Roca a fascinarse con esta serie de cómics durante su niñez. El dibujante valenciano, al que encontramos casualmente en la sede del Instituto Francés, destaca que las aventuras del Corto Maltés supusieron una revolución a nivel gráfico. “Ese estilo desenfadado, tan sintético y tan potente, marcó tendencia”, recuerda Roca. “Hugo Pratt rompió con la estética del tebeo de aventuras, donde todo aparecía siempre muy detallado. Las viñetas del Corto Maltés son mucho más sugerentes que explícitas”.

Gérard Teulière, director del Instituto Francés de Valencia, añade que la forma de dibujar de Pratt introdujo una ruptura con la tradición de línea clara del cómic franco-belga, cuyos máximos representantes eran Tintín y Astérix. “El Corto Maltés se ha convertido en un mito literario, igual que lo es Carmen o Don Juan”, opina.

La exposición, comisariada por Michel Pierre, llega a Valencia tras pasar por otras ciudades españolas, y tan solo un año después de la publicación de “Bajo el sol de Medianoche” en la editorial Norma. Fue la propia heredera de los derechos del Corto Maltés, Patrizia Zanotti, la que escogió a los españoles Canales y Pellejero para devolver a la vida el personaje de Hugo Pratt. En esta última aventura, ambientada en 1915, nuestro héroe se embarca hacia Alaska.

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