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Las «alarmantes» cifras de la pobreza en Valencia: una cola de mil familias en la calle para recibir comida

El Banco de Alimentos sigue con su tarea pese a perder las ayudas del Ayuntamiento mientras Casa Caridad alerta del «notable aumento de mujeres, jóvenes e inmigrantes» que precisan atención

Imagen del reparto del Banco de Alimentos de Valencia de este lunes ROBER SOLSONA

ABC

Valencia, 18 de febrero de 2019. Una millar de personas guardan turno en las inmediaciones del Jardín Botánico - símbolo del gobierno de izquierdas de la Generalitat - para recoger los víveres básicos que distribuye el Banco de Alimentos. Se trata de comida básica. Pan, yogures o leche. Cualquier ayuda es buena. Acuden indigentes. Los sin techo se mezclan con familias enteras, ancianos y jóvenes que esperan con paciencia la cola, se apuntan al reparto y llenan la despensa para unos días.

Mientras, en el otro lado del planeta, el alcalde de la ciudad, Joan Ribó , sigue de viaje oficial en Nueva York. Allí presentará a Valencia como capital de la «alimentación sostenible».

En la capital del Turia la llegada al gobierno local de Compromís supuso un giro a la política de servicios sociales del que resultó damnificado el Banco de Alimentos, que perdió la ayuda de 85.000 euros que percibía del Ayuntamiento . Pese a ello, ha mantenido su actividad gracias a los voluntarios y a las aportaciones de particulares y entidades privadas.

María José Catalá y María José Ferrer San-Segundo conversan con un indigente ROBER SOLSONA

Este lunes, la candidata del PP a la Alcaldía de Valencia, María José Catalá , se desplazó hasta la caller Beato Gaspar Bono para escuchar las reivindicaciones del Banco de Alimentos y constatar en primera persona como el problema de la pobreza en la ciudad, lejos de resolverse se ha cronificado en los últimos años.

Catalá se comprometió en esta visita a restablecer la colaboración que el Ayuntamiento de Valencia mantenía con el Banco de Alimentos.

Al respecto, «la desigualdad no entiende de género, edad o nacionalidad». Así lo expresa Casa Caridad Valencia . La entidad alerta de que «ada vez más personas necesitan cubrir sus necesidades más básicas y establecer una red de apoyo que le facilite salir de su situación actual». En ese sentido, 2018 ha sido un año complicado, con un notable aumento de mujeres, jóvenes y migrantes que acudieron cada día a Casa Caridad. De hecho, alrededor de 300 personas diarias de media han acudido a los comedores sociales de la entidad, la cifra más alta de los últimos cinco años. Son algunos de los datos que se desprenden del análisis sobre vulnerabilidad que ha elaborado la ONG , unas cifras que comienzan a ser alarmantes y advierten sobre la tendencia de los últimos meses que refleja que cada vez más personas se encuentran en situación de exclusión social.

Imagen del reparto del Banco de Alimentos de Valencia de este lunes ROBER SOLSONA

“Estamos preocupados por estos datos, cada vez más personas vienen cada día a la ONG para usar nuestros servicios más básicos como comida o higiene, pero también para obtener un apoyo personalizado a sus necesidades que les permita buscar trabajo, acceder a una vivienda, programas de recuperación personal o informarles sobre los trámites de acceso a ayudas sociales con el fin de mejorar su situación y favorecer su reinserción en la sociedad”, explica Luis Miralles, presidente de Casa Caridad. En este sentido, hay que destacar que en el último año, los usuarios que han acudido al comedor social de la entidad en 2018 han aumentado un 44% respecto al año anterior. “Estamos en un momento delicado donde vemos que la pobreza se está agravando en las personas más vulnerables. Por ello necesitamos más recursos y respaldo para seguir construyendo con los trabajadores sociales y voluntarios una red de apoyo para que los más desfavorecidos salgan de esta situación y vuelvan a reintegrarse como parte activa de la sociedad”, añade Luis Miralles.

Casa Caridad ha registrado un aumento significativo en todos los perfiles que acuden a la entidad ya sea por género, origen o edad. Por edad, casi el 80% de las personas atendidas están en edad laboral, entre los 18 y 60 años. “Especialmente preocupante es el aumento del colectivo entre 18 y 30 años que necesitan de nuestros servicios y cuya presencia se ha duplicado en el último año. Son personas jóvenes, la gran mayoría extranjeros, recién llegados a València, sin trabajo y con dificultades de inserción laboral, que puede derivar en una situación de cronicidad”, apunta la directora gerente, Guadalupe Ferrer.

Imagen del reparto del Banco de Alimentos de Valencia de este lunes ROBER SOLSONA

El Fact Sheet elaborado por los trabajadores sociales de Casa Caridad también resalta que crece tanto el número de hombres, en un 40%, como el de mujeres que lo hace en un 55%. “El aumento de mujeres que acuden a nuestros servicios viene acompañado del de menores, que ya representan el 13% de los usuarios que acuden al comedor social. Muchas de estas mujeres tienen un pequeño apoyo económico, con trabajos poco estables como en el servicio doméstico, que le hacer seguir siendo dependiente de Casa Caridad en muchos aspectos para sacar adelante a su familia cada día”, indica Elena Ferrer , responsable de Trabajo Social del centro de Pechina.

«El aumento de mujeres que acuden a nuestros servicios viene acompañado del de menores»

Respecto al origen, el número de españoles sin recursos ha aumentado un 8,4% y su peso se sitúa en un 30% del total de usuarios de Casa Caridad. La gran mayoría de estas personas superan los 50 años, no tienen trabajo, presentan algún problema mental o adicción al alcohol o drogas, y no cuentan con una red de apoyo familiar.

Imagen de Ribó junto al secretario general del Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) EFE

El incremento importante se ha producido en las personas migrantes, que crecen un 66%. “Aquí nos encontramos con personas que están unos días en València de paso para irse a otros lugares a continuar su vida, especialmente de países subsaharianos que aprovechan su estancia para realizar trabajos temporales, y por otro lado, extranjeros que solicitan protección internacional con la idea de quedarse más tiempo en nuestra ciudad y que proceden sobre todo de Latinoamérica o Europa del Este, con una red de apoyo para alojarse y que buscan un trabajo estable”, subraya el presidente de Casa Caridad. Georgia, Rusia, Ucrania, Cuba o Colombia son algunos de los países donde el número de usuarios ha crecido más en el último año.

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