Política

La derecha exige «libertad» a Ximo Puig mientras la izquierda critica el triunfo del «marbellismo» en Madrid

Los distintos partidos en la Comunidad Valenciana marcan posiciones en el ecuador de la legislatura tras unos comicios vistos en clave nacional

Ximo Puig ratifica que prorrogará las restricciones en Valencia más allá del estado de alarma

Imagen de la líder del PPCV, Isabel Bonig, junto al presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera ROBER SOLSONA
Toni Jiménez

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La resaca de las elecciones madrileñas se ha hecho notar más este miércoles en los pasillos de las Cortes Valencianas que en el hemiciclo, donde el PP valenciano ha recogido el lema de campaña de sus compañeros de partido, «comunismo o libertad», para hacer balance en el ecuador de una legislatura, que, si el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no pulsa el botón rojo del adelanto electoral, tiene recorrido hasta 2023.

Todavía queda mucho para eso, ha venido a decir la síndica de Ciudadanos, Ruth Merino, tras la desaparición de su partido en la Asamblea de Madrid, a su juicio, por no haber sabido comunicar que ellos también han formado parte de la gestión de Díaz Ayuso en los dos últimos años. Toca hace autocrítica, ha asegurado.

Lo mismo para los socialistas, cuyo síndic Manolo Mata ha resucitado a Jesús Gil para comparar la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid con el «marbellismo» de los 90 . Un modelo «efímero» que no cree que se pueda extrapolar al resto de España pero cuyo «espectacular» resultado es un «aviso» para los socialistas. No obstante, Compromís ha abogado por seguir con la «hoja de ruta» del Botànic.

La marcha de Pablo Iglesias de la política , vista como una «tragedia» para Unidas Podemos y como una victoria para Vox, también abre un periodo de reflexión en la formación morada que puede volver a agitar sus guerras internas en la Comunidad Valenciana. Más tranquilos están en el partido de ultraderecha, cuya síndica Ana Vega ha rechazado un acercamiento hacia los populares porque ellos, ha recalcado, tienen su propia estrategia.

Los focos estaban puestos en Isabel Bonig , que no ha hecho declaraciones en su primera aparición tras anunciar que no optará a la reelección como líder del PP valenciano. Una «decisión personal», según su portavoz adjunta Eva Ortiz, que ha llamado a aprovechar el buen momento del partido en el próximo congreso autonómico «desde la unidad y el consenso» para que el conclave –para el que Génova ya tiene a su candidato: Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante- sea lo más tranquilo posible.

La sesión de control al Consell , convertida más en una sucesión de intervenciones para marcar posiciones que en una rendición de cuentas del ejecutivo al legislativo, la ha arrancado la propia Bonig, que ha hecho suyo aquello de morir matando y ha acusado a Puig de ejercer de secretario general pero no de presidente, con «mucha imposición y poca libertad», calificándolo como «un tipo soso, serio y poco formal». Bonig también ha responsabilizado al dirigente socialista de «callar y perder» el IVA de 2017, un «claro ejemplo del socialismo, apovecharse del trabajo y del esfuerzo de los demás».

Ante las críticas de la líder de la oposición, Ximo Puig ha defendido que todos los indicadores económicos y sociales son mejores que cuando el PP gobernaba pese a ser la legislaura «más difícil» por la pandemia y ha pedido a la portavoz popular «libertad sin ira» .

«¿Cree que los debates en los medios ayudan a fortalecer la democracia?» , ha cuestionado Ruth Merino, de Ciudadanos, al presidente, después de que la izquierda se descolgara del debate organizado por la SER tras lo ocurrido en la misma emisora durante la campaña cuando Vox se negó a condenar las amenazas recibidas por dirigentes de la izquierda.

Imagen de Ximo Puig y Mónica Oltra este miércoles en las Cortes Valencianas ROBER SOLSONA

Merino ha incidido en que el «relato» de los vetos del PSOE para «hacerle el juego a los extremos» genera «odio y división que se quedan en la sociedad», a lo que el presidente ha respondido que el diálogo y las discusiones son la base de la democracia.

En cualquier caso, Puig ha recordado a Merino que estaba en «una sesión de control al Gobierno, no en una entrevista» , algo que se ha repetido a lo largo del debate en boca de la vicepresidenta Mónica Oltra, que ha incidido en la «confusión» de la derecha ante el concepto de 'sesión de control'. Al controario de lo courre ne otros sitios, “este gobierno no marca el ritmo del parlamento”, ha matizado Oltra.

Mucho más dura ha sido la síndica de Vox, Ana Vega, que ha alertado del riesgo de colapso en el que, a su juicio, se encuentran los centros sanitarios valencianos ante el «hachazo» al número de profesionales -alrededor de cuatro mil- que fueron contratados para la pandemia y a los que no se les renovará el contrato en junio.

«¿De quién será la culpa esata vez?», se ha preguntado Vega, al tiempo que ha acusado al Botànic de soterrar «el servicio público más importante que tenemos» entre «toneladas de propaganda» y a Puig de ser «el presidente de las restricciones» .

«A nadie le gusta tomar medidas restriccivas», se ha defendido el jefe del Consell. «Lo primero es salvar vidas, no hay nada más importante», ha apuntado. «Si aquí la gestión ha sido criminal, ¿en Madrid cómo ha sido?», le ha respondido Puig aludiendo a la presión hospitalaria y a la incidencia del coronavirus en esta comunidad, siete veces superior a la de la Valenciana.

Entre los partidos del Botànic, Fran Ferri, de Compromís, ha puesto el foco en la defensa de los derechos LGTBI y los servicios públicos que ha realizado el Gobierno actual como «cordón sanitario» a la «fórmula secreta» del PP: «Camps, Zaplana y la extrema derecha».

También la síndica de Unidas Podemos, pilar Lima, ha pedido que no se asuma desde la izquierda una actidud equidistante con los discursos de odio dirigidos a la inmigración o a las mujeres y ante comportamientos que «no tienen cabida en la democracia». En eso estamos, ha venido a decir el presidente, que ha terminado su intervención llamando a preservar «la libertad de elegir tu manera de ser, de vivir y de trabajar», a la espera de que en cualquier momento alguien siga añadiendo acepciones al concepto.

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