Vicente Ordaz - EL FARO

La culpa no es de Grezzi

«Ribó es el que decide, el que gobierna, manda él»

Vicente Ordaz
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En menos de dos años se ha hecho un curriculum más que respetable, pero realmente, no es suyo. Se presentó en sociedad poniendo faldas a los señales de peatones de los semáforos, pero realmente no las puso él. Cierra al tráfico la plaza del ayuntamiento una vez al mes, pero la decisión no es suya. Impusó el doble sentido en la avenida Barón de Cárcer sin pedir un informe a la Policía Local pero no era Grezzi el último responsable de esta chapuza. Apadrinó un carril bici en el centro de Valencia que sigue quedando precioso en las fotos pero que carece de tráfico diario al tiempo que revienta la circulación en calles principales del centro. No fue Grezzi. Varió la frecuencia de los semáforos en las principales avenidas de la ciudad para ralentizar el tráfico, pero que no le engañen, no fue él.

Se reunió el pasado lunes con los vecinos del distrito de Abastos y les dijo “algunos aquí queréis que vuelva Franco”. La mayor parte de los asistentes se levantaron y se marcharon. Nadie con rango en el Consistorio le ha reprendido. Ahora prohíbe el estacionamiento en los carriles bus por la noche. Lo anunció con nocturnidad el pasado jueves ante asociaciones vecinales. Gran parte del equipo de gobierno municipal, se enteró por los medios de comunicación. Sandra Gómez, número dos del Ayuntamiento, intentó presentar batalla pública a la decisión, y entonces si, apareció él, Joan Ribó.

Grezzi, concejal de Movilidad Sostenible es el parachoques, pone la cara y encaja los golpes. Soporta la presión y el desgaste, pero ninguna decisión de su delegación y menos de ese calado, se toma sin la aprobación del alcalde. Ribó es el que decide, el que gobierna, manda él. En Grezzi, el alcalde ha encontrado al Concejal perfecto. Le gusta la notoriedad, la polémica y comparten su amor por la bicicleta. Salto al primer plano mediático estando en la oposición, por lucir una camiseta en la que se le veía subido en una bicicleta azotando a la entonces alcaldesa, la difunta Rita Barberá. Se siente cómodo como foco de atención y tiene la espalda ancha, pero que nadie se olvide cuando esté metido en un atasco, cuando no pueda siquiera aparcar una moto cerca de su centro de trabajo, o cuando salga a cenar una noche y tenga que aparcar su coche (artículo de lujo) en un distrito postal distinto al del restaurante, que el que decide sobre la movilidad en Valencia no es Grezzi, es Ribó.

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