Tribunales

Caso Maje: un crimen «inteligente» cometido por «una marioneta»

El fiscal y la acusación particular sostienen que el asesinato nunca se hubiera producido sin la intervención de la procesada

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Imagen de María Jesús, conocida como Maje, en el inicio del juicio por el asesinato de su marido
Toni Jiménez

Toni Jiménez

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Maje, conocida como la «viuda negra de Patraix», y su examante, Salvador, se han vuelto a ver las caras este miércoles ante el juez en el inicio del juicio con jurado popular en la Ciudad de la Justicia de Valencia, por el asesinato en agosto de 2017 del marido de ella, el ingeniero Antonio Navarro.

Aunque estaba previsto que el interrogatorio de los acusados -que han ido cambiando su versión a lo largo de estos tres años -, se produjera mañana jueves, se ha retrasado a petición de la defensa de Maje para poder valorar una nueva prueba pericial aportada por la letrada que representa al otro procesado.

El abogado de la viuda había solicitado, incluso, la suspensión de la vista oral , algo a lo que todas las partes se han opuesto. Por tanto, la declaración de Maje y Salva se traslada al final del calendario marcado, tras las pruebas testificales y antes de que el jurado -cuyo veridicto está previsto inicialmente para el 30 de octubre- se retire a deliberar.

En la primera vista del proceso, el fiscal ha reclamado 22 años de prisión para la esposa de la víctima y 18 para su examante, además de una indemnización de 200.000 euros para los padres y 50.000 para el hermano del fallecido y el pago de la mitad de las costas del juicio.

Extremo al que se ha sumaso la acusación particular representada por la familia de la víctima, que eleva las penas a 25 y 20 años de cárcel, respectivamente. Mientras, las defensas de ambos acusados piden su absolución .

El Ministerio Público y la acusación particular coinciden en que los dos procesados -en prisión desde enero de 2018- idearon y llevaron a cabo un plan para acabar con la vida de Antonio , del que Maje fue la principal instigadora y Salva actuó como autor material .

Fue él, según este relato, quien asestó al marido de su examante las seis cuchilladas que le desgarraron los pulmones y el corazón, al abordarlo por sorpresa en su garaje cuando se iba a trabajar.

La viuda, de 26 años en ese momento, mantenía una relación extramatrimonial con el acusado -y con otros tres hombres-, al que había conocido en el hospital en el que trabajaba. Ella era enfermera y él, veinte años mayor, auxiliar.

El fiscal, Vicente Devesa, se ha vuelto a preguntar cómo una persona normal -en referencia a Salva- se convierte en un asesino y ha señalado a Maje, quien, a su juicio,«tenía en sus manos salvar o no a Antonio» al entregarle las llaves del garaje y darle información al presunto asesino sobre los pasos que daría su marido.

El lugar, la fecha y la hora en la que se cometió el asesinato eran «muy inteligentes» , pues la afluencia en un garaje privado, sin cámaras, a las siete de la mañana en pleno puente de agosto -el día 16- era mínima.

Con este crimen, ha continuado el fiscal, «el acusado no ganaba nada», pero ella sí. Entre otras cosas, una pensión de viudedad de 1.600 euros al mes, la vivienda en la que vivía el matrimonio y el cobro de un seguro de vida del fallecido.

Imagen de Salvador, el examante de Maje, en el juicio por el asesinato de Antonio Navarro EFE/POOL

En la misma línea, el abogado de la familia del fallecido, Miguel Ferrer, se ha mostrado convencido de que para Maje, - una persona «cuya religión es la mentira» y con «la capacidad de tener cuatro vidas distintas»-, Antonio era un «obstáculo».

También ha insistido en que la procesada intentó someter a sus cuatro amantes. Algo que solo funcionó con Salva hasta el punto de «quebrar su voluntad y conseguir que cometiera el vil asesinato» pocos meses después de casarse «por interés».

El letrado ha apuntado, asimismo, que el autor material del crimen ni siquiera conocía personalmente a la víctima y ha puesto sobre la mesa el papel de la esposa del ingeniero: «Urdió un plan para que Antonio no pudiera escapar y luego quedar como viuda desconsolada».

Salvador, un «iluso» y una «marioneta»

«Nada ni nadie podría preveer que su mundo se desmoronaría». Así ha arrancado la defensa de Salvador su abogada, Julita Martínez, que considera que su representado «ha sido realmente un iluso».

«No es normal que una buena persona» cometa un crimen, «destrozando una familia, incluida la suya propia» -tenía mujer e una hija en el momento de los hechos-, ha aseverado Martínez.

Del mismo modo, la letrada ha esgrimido que su representado ha colaborado con la justicia, arrepentido. Por ejemplo, llevando a los agentes al pozo en el que arrojó el cuchillo con el que apuñaló a Antonio. Un plan en el que Salva fue «una marioneta en manos de la acusada» , ha añadido, por lo que piden su absolución o, en su caso, un atenuante por transtorno mental transitorio.

Imagen de los abogados de la acusación y la defensa junto a Maje y Salva durante el juicio EFE/POOL

La defensa de Maje carga contra los «juicios morales y sexuales»

Por su parte, los abogados de Maje, Javier Boix y Alicia Andújar, aseguran que, a pesar de la intensidad de la relación con su amante, Salva mató a Antonio sin que la mujer de la víctima tuviera conocimiento del crimen hasta que éste se lo confesó horas más tarde, por lo que también reclaman su absolución.

Boix ha pedido «evitar las trampas» de los «juicios morales y sexuales» que, a su parecer, han construido la imagen de «una mujer malvada que engañaba al marido» , «manipuladora» y «depredadora sexual», fuera de la realidad.

«La prensa de un modo constante se refiere a doña María Jesús Moreno con un pseudónimo». «Nunca he oído hablar del 'viudo negro'», ha asegurado, algo que considera que perpetúa «clichés de género».

En la misma línea, el letrado -que ha denunciado en quince ocasiones las filtraciones de información a los medios- tampoco cree importante para la causa el número de relaciones extramatrimoniales que tuvo su representada y rechaza el móvil económico esgrimido por el fiscal: «Dios nos libre de enviudar bajo sospecha» , ha exclamado el abogado.

El juicio, que se retomará el viernes tras el cambio sobre el calendario previsto, se desarrolla en la sala Tirant lo Blanch -la más grande del complejo, reservada para las macrocausas- a lo largo de doce sesiones. En ellas se escucharán las grabaciones de las conversaciones de los procesados e intervendrán más de 60 personas , entre testigos, peritos, criminólogos y profesionales de la Policía y la Guardia Civil.

Imagen del jurado en la sala Tirant de la Ciudad de la Justicia de Valencia EFE/POOL
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