Revés judicial a los empresarios afines al clan Pujol

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha tumbado el nuevo intento de varios empresarios vinculados a la familia del expresidente de la Generalitat para no acabar sentados en el banquillo junto al clan Pujol Ferrusola. Los propietarios de la constructora Copisa, Josep Cornadó y su esposa, Elvira Vidal; Jordi Barrigón, de Cat Helicópters, y el empresario y también exvicepresidente del FC Barcelona, Carles Vilarrubí, han discutido sin éxito en sus respectivos recursos de reforma, y con distintos argumentos, q ue hubiesen pruebas suficientes para llevarles a juicio . Ahora, tras el varapalo del último auto del juez De la Mata, al que ha tenido acceso ABC, a estos empresarios todavía les queda la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional como última carta para evitar el banquillo.

Josep Cornadó reprochaba al juez haber incurrido en «defectos jurídicos» al imputarle delitos de corrupción, organización criminal y blanqueo de capitales. Para responderle, De la Mata pormenoriza el «modus operandi» a través del que Copisa transfería fondos a las cuentas de Jordi Pujol Ferrusola , el primogénito del clan, camuflándose estas transferencias con conceptos de trabajos de intermediación en operaciones empresariales, que, según las acusaciones, nunca existieron. Era uno de los múltiples métodos que el clan utilizaba con los empresarios supuestamente implicados para acabar regando de millones las cuentas bancarias familiares andorranas.

En el caso de Copisa, el proceso era el siguiente: se asociaba un supuesto contrato de intermediación o de asesoría a una operación de compraventa o servicios que sí era real, para, usando alguna sociedad instrumental como tapadera, transferir unos fondos que siempre acababan en las cuentas bancarias del Jordi Pujol Ferrusola o de su entonces pareja, Mercè Gironés. «En ninguno de los casos, sin excepción, se ha podido acreditar la realidad del asesoramiento o de los servicios contratados» , sostiene el auto del juez De la Mata. Tampoco acepta el juez el desvío de responsabilidades hacia Xavier Tauler, consejero delegado de Copisa durante 27 años, que tanto Cornadó como su mujer han intentado. Y es que para el juez, Cornadó no fue un mero receptor de facturas falsas sino que «participó en la estrategia a seguir» , mientras que su esposa tampoco se limitaba «a tener una titularidad formal de acciones en la sociedad» sino que «ha tenido una participación directa en distintas actuaciones».

Para rebatir el intento de Barrigón de desvincularse de los negocios del clan, el juez detalla en el auto unas anotaciones manuscritas en la propia agenda de Josep Pujol Ferrusola en el que le menciona tanto a él como a su empresa, Cat Helicópters. Tampoco lo tiene fácil para desentenderse del clan Carles Vilarrubí, cuya colaboración con la familia «se remonta en el tiempo más de veinte años» –recuerda el juez–, en los que supuestamente ayudó a Jordi Pujol Ferrusola en diferentes operaciones bancarias en entidades andorranas.

Ramón Gironés y Mercè Riera alegaron que su única vinculación con la familia era el h aber sido suegros de Jordi Pujol Ferrusola y padres de su ex esposa, Mercè Gironés. Pero el juez les involucra en el cobro de una comisión de intermediación en la compraventa de tres fincas, «un caso singular y revelador de las prácticas desarrolladas por la familia Pujol» , señala. El pago a los ex suegros como intermediación consta en la documentación, pero los propietarios de esas fincas confirmaron que ni Gironés ni Riera «participaron en la operación ni realizaron intermediación alguna». Lo «más sorprendente» para el juez es que el que consta como intermediario de la otra parte, los compradores, era su yerno: Jordi Pujol Ferrusola. En definitiva, una tapadera más para cobrar comisiones.