«Eso no se lo voy a permitir»

En una sola frase se condensa la prepotencia y a la vez la impotencia de los directivos de TVE, que han hecho del ente público de todos un órgano de propaganda al servicio del gobierno de Pedro Sánchez. «Eso no se lo voy a permitir», trató inútilmente de frenar la conductora del programa 'La hora de la 1', Mónica López a Toni Cantó cuando exponía las miserias de una televisión de todos, convertida en un órgano de propaganda del Gobierno. La insistencia de la chica del tiempo convertida en mercenaria de Sánchez, no sólo no consiguió amilanar a Cantó, muy al contrario, subrayó aún más las verdades del barquero que el actor teatralizó con valentía. Sólo pedía neutralidad. Y creo que la audiencia secuestrada estos últimos tiempos por la falsa retórica de «la pluralidad» con que pretenden justificar el asalto, lo captó.

Últimamente un ejército de advenedizos pretende convertir a Cantó en un tránsfuga y, a la vez, menospreciar su capacidad de influencia. Se equivocan en las dos acusaciones. Cuando Cs salía del silencio impuesto en Cataluña en julio de 2006 sin más bagaje que un grupo de aventureros excluidos y abandonados por todos en su resistencia al nacionalismo, Cantó accedió a presentar el acto del desnudo de campaña en el Palau de la Música. Acercarse a nosotros era un acto de suicidio para cualquier personaje público, pero él, Cantó, por entonces actor muy popular en España, accedió a apoyarnos, a presentar el acto. Por puro altruismo, por necesidad vital de respirar en una Cataluña asfixiada por el nacionalismo.

Me acuerdo que la noche anterior a la presentación del acto de campaña, cenamos juntos Albert Rivera, Gotzone Mora, él y yo en el Hotel Sanz, y de paso dar los últimos retoques a la presentación del acto. Al día siguiente, el cartel de campaña con el desnudo de Albert rompería el muro de silencio que nos tenía preparado el nacionalismo y fue noticia en todo el mundo. A él le debemos parte de aquel éxito. Después nos volvió a ayudar en alguna ocasión más, siempre de forma altruista.

Con la entrada de UPyD en escena, se decidió a entrar en la política nacional y se afilió al partido de Rosa Díez. Hizo grandes cosas. Fue antológica aquella parodia de 'La Vida de Brian' para ridiculizar el «Espanya ens roba» del nacionalismo catalán. Y por las mismas causas que se implicó con UPyD, lo llevaron a dejarlo y acabó recalando en Cs. Y por las mismas causas que ha dimitido hace unos días de sus cargos en Cs, se ha implicado en el proyecto de Isabel Ayuso. Puede que haya cambiado mucho de partido, pero no ha cambiado ni un solo ideal, ni ha mancillado su sentido de la ética que le trajo a la política. ¿Tan difícil es entender que hay personas en política que tienen ideales y la valentía suficiente para no renunciar a ellos cuando su partido los mancilla?

Cuando este artículo estaba en máquinas, el Tribunal de lo Contecioso-Administrativo de Madrid ha determinado en sentencia firme que Toni Cantó no podrá ser candidato en las listas del PP por no haber estado inscrito en el censo electoral de Madrid antes del 1 de enero de 2021 como dicta la ley. El PP ha recurrido al TC. El PSOE tenía el derecho a recurrir. Al fin y al cabo, las normas están para cumplirlas. Para cumplirlas todos. En todo caso, y tal como él mismo ha declarado ante el rechazo judicial, nadie le podrá impedir asistir a los mítines y pedir el voto para Ayuso. Puede que la jugada de Sánchez y sus fiscales la gane en los tribunales y la pierda en la calle. Toni Cantó no sale de los informativos.