El narcotráfico se traslada del Raval a La Mina, que vuelve a los «años 80»

El año pasado se recogieron 35.000 jeringuillas en este barrio periférico de Barcelona

«La sensación de los vecinos es que hemos regresado a los años 80», afirma el alcalde de Sant Adrià del Besòs

Bloques de edificios del barrio afectado Consorcio Barrio de La Mina

Eila R. Filgueiras

El narcotráfico y el malestar llevan años en escalada constante en los barrios de La Mina, el Maresme y Besòs, a las afueras de Barcelona. Los vecinos sufren desde hace años falta de iluminación urbana, suciedad e inseguridad en las calles , con el añadido ahora de un aumento de la presencia de toxicómanos en parques y en la vía pública, muchos de ellos, venidos de zonas céntricas de la Ciudad Condal, como el Raval.

Los técnicos de limpieza del Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs aseguran que el narcotráfico y los temidos «narcopisos» se han trasladado del Raval a esta zona . El alcalde, Joan Callau, llevó este problema al Parlamento catalán el mes pasado, apoyado por cifras escalofriantes. En 2017 se hicieron 58.000 asistencias, que se multiplicaron hasta 86.407 el año pasado. Esto significa un aumento de casi 30.000, que son justamente las que han habido de menos en las ocho salas de venopunción de toda Barcelona.

«¿Por qué un barrio de 10.000 habitantes tiene más consumo que toda la ciudad de Barcelona? La sensación de los vecinos es que hemos regresado a los años 80», advirtió el primer edil. El alcalde exigió en la Cámara catalana que se solventara esta virulenta situación con más presencia policial y ayudas económicas a la zona.

El fenómeno afecta especialmente a los más pequeños. Así las cosas, varias familias de la zona denunciaron recientemente que debido a que no se puede garantizar la seguridad en el barrio, se tuvo que desmantelar un parque infantil donde las brigadas de limpieza llevaban meses encontrando un alto número de jeringuillas. Eso también sucede en las inmediaciones de colegios e institutos. Hasta el presidente de la asociación de vecinos del Besòs denunció en las redes el caso de un niño se había pinchado accidentamente con una de estas jeringas.

Ante esta realidad, los vecinos piden que se oigan sus propuestas acerca de cómo solucionar el problema: «Queremos ser escuchados y tratados dignamente», exigen en un alarmante manifiesto dirigido a las autoridades metropolitanas difundido esta semana.

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