La Fiscalía pide tres años de cárcel por ocultar el cadáver de su hermano para cobrar su pensión

Antonio y «El Cuato», dos hombres mayores, vivían juntos en un piso de la «Casa Bloc» de Barcelona

Los hermanos vivían en la «Casa Bloc» del barrio barcelonés de Sant Andreu Inés Baucells

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Eduardo, alias «El Cuato», se enfrentará a tres años cárcel por ocultar durante cinco meses en casa el cadáver de su hermano Antonio para seguir cobrando su pensión. Así lo reclama la Fiscalía en un escrito de acusación, al que ha tenido acceso ABC, en el que atribuye a «El Cuato» un delito de estafa continuada.

De familia humilde, desestructurada y condicionada por el alcohol, Eduardo, de 69 años, y su hermano Antonio, cuatro años mayor, compartían vivienda en un edificio de pisos del barrio barcelonés de Sant Andreu; un bloque conocido como «Casa Bloc», símbolo de la arquitectura racionalista de la Segunda República.

El 7 de marzo de 2018 Antonio murió por causas naturales. Y, ante la precaria situación económica en la que se encontraba , «El Cuato» decidió no comunicar la muerte de su hermano para seguir cobrando su pensión y disponer de su tarjeta de crédito, cuyo número secreto conocía. Fue así hasta que el 20 de agosto del mismo año, es decir, casi cinco meses y medio después de la muerte de Antonio, los Mossos descubrieron lo que estaba pasando.

«El Cuato» cobraba una pensión no contributiva de unos 300 euros, de ahí que considerara buena idea poder seguir contando con los 656 euros de la paga de su hermano que cada mes llegaba a la cuenta que tenían en común. En total, se hizo con 3.337 euros , según el escrito de acusación de la Fiscalía, de cara a un juicio que de momento no tiene fecha.

Fue una llamada de una vecina la que dio la alerta ante el fuerte olor que salía del piso. Cuando los mossos llamaron a la puerta, «El Cuato» les dijo que su hermano ya no vivía con él, y que no sabía donde estaba. Pero el olor hizo a los agentes sospechar, y hallaron el cadáver de Antonio, momificado, tapado con unas sábanas. Y «El Cuato» confesó: alegó que necesitaba la pensión del hermano para sobrevivir. Lo mismo dijo luego en sede judicial, quedando en libertad con cargos.

Los vecinos explicaron entonces a a ABC que habían intentado que «El Cauto» fuese atendido por servicios sociales. Con problemas de alcoholismo, hablaba solo y vivía en condiciones insalubres. Antes de morir, Antonio, que se encargaba de hacer la compra al cobrar la pensión, se quejaba de que su hermano lo tenía controlado.

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