El World Press Photo del Covid y la resistencia desembarca en Barcelona

El CCCB reúne hasta el 12 de diciembre la obras ganadores del concurso de fotoperiodismo

Un cámara de televisión graba una imagen de la fotografía ganadora del World Press Photo 2021 Efe

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Puente entre los fotoperiodistas y la sociedad y ventana abierta a heridas recientes, conflictos por cerrar y, por qué no, esperanzas y anhelos compartidos, World Press Photo desembarca de nuevo en el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona para dar cuenta del mejor reporterismo gráfico de la temporada. Un repaso a un año especialmente complicado en el que, como ha recordado la directora de Photographic Social Vision, Silvia Omedes, los encargos de medios han caído en picado, la capacidad de viajar se ha visto tremendamente alterada y los freelance han tenido que hacer, este año más que nunca, la guerra por su cuenta. Quizá por eso entre los 4.315 fotógrafos participantes y los 45 ganadores abundan las «historias de resistencia, resiliencia y adaptación».

HIstorias marcadas a fuego por la pandemia y la crisis sanitaria, como ese abrazo 'plastificado' que el danés Mads Nissen capturó en una residencia de ancianos de Sao Paulo (Brasil) y que le valió el codiciado World Press Photo a la mejor foto del año. Historias que van más allá de lo evidente para mostrar la convivencia entre la familia del fotógrafo Jasper Doest y una pareja de palomas durante lo más crudo del confinamiento. Historias, en, fin, que ponen muchas veces el dedo en la llaga -ahí está, por ejemplo, el inquietante retrato de un león marino jugando con una mascarilla en aguas californianas- y visibilizan conflictos invisibles como las escaramuzas que enfrentaron a Armenia y Azerbaiyán en verano de 2020.

Fotografía de Gabriele Galimberti de la serie 'The Ameriguns' Gabriele Galimberti

Si la edición del año pasado reportajes gráficos como el dedicado al pangolín buscaban «un lúcido diagnóstico de los grandes retos del mundo antes de la pandemia», el World Press Photo de 2021 ofrece un retrato desde el centro del huracán: un viaje a través del coronavirus, las protestas sociales, el cambio climático y la escasez de recursos. Una edición, destaca la organización, «teñida de Covid-19» que aporta una visión más intimista y local.

Es el caso, por ejemplo, de Pat Naughton, un atleta irlandés de 87 años al que el Stephen McCarthy captura 'entrenándose' dando vueltas a una mesa del salón. O de la mortaja de plástico de una víctima de coronavirus que Joshua Irwandi retrató en la cama de un hospital de Indonesia a la espera de que alguien la trasladase a la morgue. O, por aportar un poco de luz, del reportaje que Roland Schmid realizó en la frontera suiza a partir de los encuentros de parejas y amigos residentes en Kreuzlingen y Constanza y separados por una reja por culpa de la pandemia.

En las paredes del CCCB, imágenes de las protestas en Perú tras la destitución de Martín Vizcarra y ecos del Black Live Matters tras la muerte de George Floyd comparten protagonismo con simulacros de ataques terroristas en campamentos militares de Polonia e incendios en Portugal y en Brasil y resumen un año un año marcado también la erupción del volcán filipino Taal o la plaga de langostas que asoló Kenia a principios de 2021.

Pocas cosas más inquietantes, sin embargo, que el reportaje que Gabriele Galimberti dedica al culto a las armas en Estados Unidos y que se traduce en imágenes deliberadamente 'kitsch' como la de un tipo de Luisiana posando con un lanzallamas y su colección de un centenar de armas en la piscina de su casa.

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