El actor británico Jeremy Irons, durante un ensayo del concierto «Beethoven e Irons»
El actor británico Jeremy Irons, durante un ensayo del concierto «Beethoven e Irons» - EFE

Fin de semana de teatro y canto en el Liceu

Jeremy Irons declamó «Egmont», de Beethoven, y el Concurso Viñas entregó sus premios

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Jeremy Irons no defraudó en su debut en el Gran Teatre del Liceu el sábado pasado. Un monográfico Beethoven bajo la dirección de Martin Haselböck en el podio de la Orquesta Wiener Akademie contó con el admirado actor como narrador de lujo compartiendo protagonismo con la música incidental que el genio de Bonn compusiera para el drama de Goethe «Egmont».

Aunque su inglés perfecto trajo a la mente al mejor Shakespeare –esto se hubiera evitado con el alemán original–, la verdad es que tanto la dicción y la fuerza expresiva como el carisma y el poder de comunicación de Iron conquistaron al público. El dramatismo de su épico fraseo sacó brillo a la adaptación y traducción inglesa del texto de Christopher Hampton («Las amistades peligrosas»).

La iniciativa de ofrecer «Egmont» con los elementos que Beethoven imaginara, es decir, con narrador, soprano y orquesta, demostró que la obra es mucho más que su conocida obertura. La Wiener Akademie, con una plantilla de instrumentos con criterio historicista, abrió el programa con una poco aseada «Séptima Sinfonía». La soprano sueca Kerstin Averno, encargada de las partes vocales en «Egmont» como la enamorada del Conde, no pudo con el aria «Ah! Perfido», que complementó el programa.

Palmarés del Viñas

Al día siguiente, el Liceu se llenaba de un público muy diferente: el que acudió para disfrutar de las voces ganadoras de la 53ª edición del Concurso Internacional de Canto Tenor Viñas, cita bastante frustrante, ya que el palmarés estuvo plagado de un nerviosismo que dificultó brillos individuales.

La mezzosoprano estadounidense J’nai Bridges, de 28 años, se llevó los 25.000 euros del Primer Premio y un contrato para actuar en el Liceu, siendo una de las mejores voces de la noche, junto a la mezzosoprano rusa Yulia Mennibaeva, que compartió el segundo premio –15.000 euros¬– con la soprano italiana Selene Zanetti, tan nerviosa que en el concierto del domingo no pudo llegar cómoda a ningún agudo. Todo lo contrario de la espléndida soprano ligera Sara Blanch, ganadora del cuarto premio –el tercero fue declarado desierto– y de otros ¡siete! reconocimientos. Del resto de galardonados, impresionó sobre todo el barítono coreano Kihun Yoon, de espléndidos recursos y expresividad.

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