Las naturalezas vivas y abstractas de Zóbel, Miró y Tàpies

La Galería Mayoral explora la relación entre Zóbel y arte catalán de posguerra a través del paisaje

Un visitante observa una obra de Tàpies situada junto a la obra 'Cuatro estaciones', de Zóbel Galería Mayoral

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Al final, dejó escrito Fernando Zóbel «casi todo se transforma en paisaje». También, o sobre todo, el arte abstracto, laboratorio creativo sobre el que la Galería Mayoral de Barcelona pone el foco de nuevo para, a partir de la obra del pintor y mecenas nacido en Filipinas, explorar la relación entre arte abstracto y naturaleza. Un encuentro con la pintura de posguerra a través del paisaje en el que Zóbel, «artista capital, gran coleccionista e impulsor del museo de Arte Abstracto de Cuenca», en palabras del comisario Alfonso de la Torre, se deja acompañar por Joan Miró, Antoni Tàpies y Joan Hernàndez Pijuan.

Los cuatro, añade de la Torre, comparten un respeto casi reverencial por la naturaleza y una manera de trabajar que los alejó de las grandes ciudades cuando lo lógico hubiese sido arrimarse al calor de la metrópoli en busca de un mayor reconocimiento. «Zóbel estaba en Cuenca; Miró en Mont-Roig y Mallorca; Tàpies en Campins; y Hernández Pijuan entre La Segarra y Folquer», apunta el comisario.

Detalle de 'Cuatro semanas', de Zóbel Galería Mayoral

De ese contacto cotidiano con la naturaleza surgieron obras como 'Materia con cuerdas', de Tàpies, o 'Paysage II', de Miró, dos de las 14 piezas que pueden verse ahora en la exposición 'Naturaleza abstracta'. La muestra busca también poner en valor la figura de Zóbel y reivindicar la importancia de un artista al que la galería barcelonesa ya hizo dialogar con Chillida en 2019 y con José Guerrero, Manolo Millares y Antonio Saura, entre otros, a principios de este año.

Se trata, destaca De la Torre, de celebrar el papel de Zóbel como " aglutinador y centro de energía del arte de posguerra". Así, Tàpies, Miró y Hernández Pijuan no son aquí más que las ramificaciones, los puntos de fuga, de un artista nacido en Filipinas, formado en Harvard y muy influido en sus comienzos por el paisajismo de la Escuela de Boston. «Cuando vive en Boston ya empieza a pintar con regularidad el río Charles -explica De la Torre-, pero en 1955 descubre a Rothko en una exposición en Providence y eso lo transforma: se va a la abstracción».

Cambian las formas, sí, pero no ese amor por la naturaleza que con los años se convertirá en eje principal de su obra y en hilo conductor que conecta sus series conquenses 'El Júcar', 'La Vista' y 'Las orillas'. En la exposición, esa observación de la naturaleza queda perfectamente reflejada en 'Cuatro semanas', lienzo de la serie 'Otoño' en el que Zóbel plasma el avance de la estación durante cuatro semanas. «Mi pintura -dijo el artista-. siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el sentido más amplio de la palabra, busco la razón de la belleza». Y nada más bello que la propia naturaleza.

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