Estallido de románico y gótico en el MNAC

Una colección particular que entra por la puerta grande en el MNAC. «La donación de veinte piezas de colección de Antonio Gallardo Ballart es una gran noticia porque complementa las secciones de románico y gótico de nuestro museo», subraya Pepe Serra, director del Mnac, que ha podido elegir las mejores piezas con la única condición de que fueran expuestas.

«Estas obras marcan un conjunto espectacular que ni en el mejor de los sueños podíamos imaginar; es como si se produjera un estallido de románico y gótico», destaca Jordi Camps, uno de los comisarios de la exposición que organiza el Mnac (hasta el 3 de julio) para que el público admire las piezas.

Este conjunto tiene muchas virtudes y su luminosidad desmiente una vez más que la Edad Media era una época oscura.

¿Cuál es el valor de estas piezas? El valor económico oscila entre los tres y cuatro millones de euros y el valor artístico es que complementan y enriquecen las salas de románico y gótico del Mnac.

Esta donación de uno de los mayores accionistas de laboratorios Almirall es un acuerdo entre el museo y los departamentos de Economía y Cultura de la Generalitat. «Tras la donación, las obras pasan a ser propiedad de la Generalitat, que las ha incorporado al Catálogo del Patrimonio Cultural Catalán y las ha cedido al MNAC para que se expongan», concreta Serra.

Serra insiste en que esta donación de Antonio Gallardo Ballart es un buen ejemplo que «esperemos que introduzca la mentalidad filantrópica en España».

La vida de cada una de estas veinte piezas es como una novela. «La adoración de los pastores», de los hermanos Serra, es una de las más bellas. La donación de esta tabla es la culminación del largo recorrido que, durante el siglo XX, la condujo por varias colecciones particulares, tanto extranjeras como estatales. Un anciano José sentado bastón en mano está acompañado por la Virgen de rodillas en actitud de adoración de su hijo. Una figura femenina detrás de la Virgen podría ser una de las parteras que le asistieron en el nacimiento. Muy llamativas son las figuras esbeltas de un buey y una burra.

De la Adoración de los pastores pasamos a una «Crucifixión de San Pedro» que no pasa inadvertida. Pere Serra pintó el retablo mayor de la iglesia de Sant Pere de Cubelles (la Noguera, Lleida) que más tarde fue sustituido por un nuevo retablo barroco. Por culpa de esta sustitución, el retablo gótico fue desembrado y con el tiempo sus partes han acabado desaparecidas o dispersadas en diversas colecciones públicas y privadas.

«Estas obras que entran en el Mnac suponen un complemento valiosísimo para el museo y en el futuro formarán parte de las salas de románico y gótico -asevera Jordi Camps-; habrá que buscarlas su espacio»