Cuando nadie conocía a Bach

El Palau de la Música conmemora el centenario de la primera audición de la Pasión según san Mateo en España

Fotografía del estreno de la pieza de Bach en el Palau de la Música en 1921 ABC

Pep Gorgori

El 2 de diciembre de 1917, el médico, músico y futuro premio Nobel de la Paz Albert Schweitzer escribió una carta al fundador del Orfeó Català, Lluís Millet, en la que le decía: «Sueño con el día en que hagamos juntos la Pasión de Bach». En aquel momento, Schweitzer se encontraba en el campo de internamiento de civiles de Garaison, ya que a las autoridades francesas les pareció sospechoso que, en plena primera guerra mundial, un ciudadano alemán estuviese operando y salvando vidas en Gabón, la colonia gala donde él ejercía junto a su mujer. Pasado el horror de la contienda, el sueño de Schweitzer y Millet se hizo realidad. El 27 de febrero de 1921, el Palau de la Música Catalana acogía la primera audición en España de la 'Pasión según san Mateo' de Bach.

El auditorio modernista ha querido conmemorar el centenario del evento, y este fin de semana acoge -sábado por la noche y domingo por la mañana- una vez más esta Pasión, una partitura hoy tan apreciada que se programa varias veces cada año. La particularidad es que esta vez se evoca el concierto de 1921 . En aquél entonces, la interpretación con criterios e instrumentos históricos aún no se había afianzado, por lo que fue una orquesta romántica bajo la dirección de Millet la encargada de dar a conocer la partitura al público barcelonés. Además, contó con la colaboración de varios músicos alemanes, entre los cuales el propio Schweitzer al órgano.

Este fin de semana podrá vivirse una experiencia similar, ya que serán los músicos de la Orquesta Camera Musicae junto a solistas de la Filarmónica de Berlín los que aborden la monumental obra. Se les unirán el Orfeó Català y su coro infantil, así como una selección de solistas vocales escogidos entre los mejores intérpretes nacionales e internacionales de este repertorio, desde el tenor James Gilchrist, más que reconocido como Evangelista, hasta Josep-Ramon Olivé, que debutará como Jesús, pasando por un contratenor como Alex Potter y la soprano Marta Mathéu, que ha sido solista con Jordi Savall en esta misma obra.

Para el director general del Palau, Joan Oller, aquel estreno fue la culminación de «un sueño que había empezado a materializarse décadas antes con la fundación del Orfeó Català y la construcción del Palau de la Música». El director del Orfeó y de este concierto, Simon Halsey, admite sentir sobre sus espaldas «el peso de la historia».

Pasados cien años, escuchar la Pasión interpretada por una orquesta romántica puede resultar chocante, dado que ahora lo habitual es que sean grupos de música antigua los que aborden la partitura. Con todo, Halsey recuerda que en los últimos años varias orquestas «han recuperado este repertorio que habían perdido». Como muestra, el éxito de Simon Rattle con la Filarmónica de Berlín cuando la presentó en una producción semiescenificada. Además, Halsey observa que «ahora ya todos los estudiantes conocen la interpretación con estilo barroco», de modo que es factible respetar algunos aspectos del estilo aunque se toquen instrumentos modernos.

En 1921 Millet arrastró a Antoni Gaudí al estreno de la Pasión. Católico convencido, el arquitecto sentía lejana la música de Bach, el gran músico protestante. Al salir del concierto, no tuvo más remedio que admitir que le había gustado, aunque a regañadientes: atribuyó su agrado a que Millet había logrado dar a los corales luteranos un «aire mediterráneo». Bach puede con todo.

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