El Govern Aragonès, tan roto como el de Torra

Tras el debate a la totalidad de los Presupuestos en el Parlament de Catalunya, se evidencia una gran similitud entre los ejecutivos de Torra y Aragonès: el Govern Aragonés está tan roto como lo estaba el de Quim Torra. La única diferencia es que, mientras Torra predicó a los cuatro vientos la fractura de su Ejecutivo, Pere Aragonès es, al menos por ahora, menos explícito. En cualquier caso, se reconozca públicamente o no, la ruptura entre republicanos y Junts, no sólo es evidente, sino que, como ya ocurrió con el Govern Torra, es, también, irreconducible. Basta con escuchar la diatriba del diputado Joan Canadell contra Aragonés y los suyos pronunciada anteayer en el Pleno del Parlament para tomar conciencia de hasta dónde llega la animadversión entre los socios del gobierno catalán. Un discurso difícil de superar por quienes debemos ejercer la leal oposición. Será que la interna, la de Junts a ERC, ¿no es precisamente leal?

¿Y ahora qué? ¿Cómo queda la Legislatura? ¿Qué cabe esperar de un Govern que ya no es el del 52%? Pues casi todo, menos la anhelada e imprescindible estabilidad.

Pero aún hay más, pues siguen vigentes las imposiciones de la CUP para apoyar un Presupuesto del que finalmente se ha descolgado. Sigue la Comisión de Estudio que pone en crisis el modelo policial en general y de orden público en particular. Sigue la retirada de las acusaciones particulares a los autores de altercados; sigue el filtro político a la defensa de los Mossos, ya fuera del Departamento de Interior; y sigue la revisión de la responsabilidad policial en materia de orden público. Siguen, por consiguiente, todas las imposiciones que en si día impuso la CUP. Aunque, aparentemente, los radicales ya no son la muleta del Govern, tanto sus políticas, como la servidumbre de este hacia ellas, perdura y perdurará, por lo que parece, hasta el final de la Legislatura.

Ramon Espadaler es secretario general de Units per Avançar