Pactan 21 años de cárcel para el expolicía de Gerona que degolló a su cuñada delante de sus hijas

Inicialmente, la fiscal solicitaba para Alcaraz 43 años de cárcel. Las hijas de 6 y 10 años de la víctima presenciaron el crimen y desde entonces reciben tratamiento psiquiátrico

Gerona Actualizado: Guardar
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Las acusaciones y la defensa han pactado una pena de 21 años de cárcel para Antonio Alcaraz, el ex policía municipal de Gerona que en mayo de 2013 degolló a su cuñada y lo intentó con su mujer delante de las dos hijas menores de la víctima en Caldes de Malavella (Gerona).

Esta conformidad ha hecho que el juicio que debía celebrarse durante toda la semana en la sección cuarta de la Audiencia de Gerona se haya solventado con una vista oral de unos 5 minutos.

La defensa pedía 13 años y medio porque alegaba que en el momento de los hechos estaba afectado por un trastorno mental que desencadenó en un arrebato pasional, consideraba que se trató de un homicidio y un delito de lesiones, y le apreciaba las atenuantes de confesión y reparación del daño porque consignó todos sus bienes para hacer frente a las indemnizaciones.

Tras el reconocimiento de los hechos por parte del acusado y la renuncia a practicar el resto de la prueba por parte de las acusaciones y defensa, ha sido condenado a 21 años con la atenuante de confesión.

En concreto, 15 años por el asesinato de su cuñada Lola P., de 37 años, dos años por las lesiones con instrumento peligroso causadas a su mujer, Isabel A., con la agravante de parentesco y dos años por cada uno de los dos delitos de lesiones psíquicas ocasionadas a las niñas de 6 y 10 años, a las que no se podrá acercar 10 años después de haber cumplido la condena.

Alcaraz, que deberá pagar, en concepto de responsabilidad civil, 300.000 euros a los familiares de la víctima, ha indicado en su último turno de palabra: «Siento mucho haber causado tanto daño a tantas personas, en especial a mis sobrinas».

El llegar a esta conformidad ha permitido evitar la celebración de 5 días de juicio en que debían declarar la ex mujer y víctima y las dos niñas pequeñas, además de otros familiares tanto del asesino como de la víctima.

Según la fiscal, la relación entre Alcaraz y su mujer, coordinadora de los agentes cívicos del Ayuntamiento de Gerona, se había deteriorado hasta el punto que tres meses antes de los hechos ella quiso separarse.

El acusado intentó hacerla recapacitar, sin conseguirlo, y aumentó su agresividad, tanto que tres días antes del crimen su mujer se fue de casa y se instaló en casa de su cuñada (mujer del hermano del acusado), a quien Alcaraz culpaba de toda la situación.

De repente, apareció el acusado con un cuchillo de cocina de 25 centímetros de hoja y se dirigió hacia su cuñada y le asestó una profunda cuchillada en el cuello mientras ella le pedía que no lo hiciera con las niñas delante.

Las niñas y su mujer bajaron del coche y el acusado se le acercó y la apuñaló en cuello y pecho y volvió hacia su cuñada y la apuñaló otras dos veces en el cuello hasta que se desplomó.

Su mujer reaccionó instintivamente presionándose las heridas para contener la hemorragia y le suplicó que la llevara a un hospital, a lo que accedió.

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