Por la generosidad

La reciente presentación de Centrem abre una ventana de oportunidades para el ahora casi desaparecido Catalanismo político, la fuerza dominante en Catalunya ideológicamente desde hace más de un siglo. Sin los extremismos, el pensamiento mayoritario del país ha sido en general moderado, de progreso y de acuerdo a los rasgos comunes de los catalanes: estima a su lengua y cultura, carácter trabajador y emprendedor, europeísmo abierto, etc. Estos símbolos han sido desbordados en los últimos años por el procesismo y por los reaccionarios, agazapados bajo un constitucionalismo que ha practicado el frentismo buscando una polarización indeseable. Y así, demasiados huérfanos, demasiado tiempo, de una fuerza central que dé prioridad al avance del país y de sus ciudadanos.

Los intentos de reconstruir un catalanismo transversal y renovado que rompa con el procesismo y el unionismo han sido más complejos de lo esperado. Personalismos y escaso reconocimiento de los errores cometidos han hecho que la búsqueda de la unidad catalanista haya sido, desgraciadamente, complicada. Con Centrem resurge la esperanza, pero hay todavía muchos obstáculos. Mucho trabajo por hacer buscando una nueva mentalidad que se aleje de los ‘tics’ independentistas de los últimos años, y así rehacer un país que ha entrado en parálisis y decadencia. Para hacer de Centrem el aglutinador del país que quiere cambiar su discurrir negativo, es necesaria mucha generosidad. De hecho, algunos se han apeado del proyecto demasiado pronto. Centrem solo podrá ser relevante si aglutina y capta. Los liberales de Lliures comprometidos con Centrem deberemos renunciar parcialmente a un ideario intensamente liberal para favorecer la unidad en la moderación y el centrismo que seguro incorporará bases liberales suficientes. Pedimos al resto de catalanistas cesiones equivalentes. Un precio escaso para un objetivo tan importante.

Josep Soler es impulsor de Centrem