Valladolid se vuelca con su nuevo obispo auxiliar

Las naves de la sobria Catedral de Valladolid se quedaron este viernes pequeñas para acoger a los cientos de vallisoletanos que quisieron participar en la ceremonia de ordenación de Luis Argüello como obispo auxiliar, el tercero con que cuenta la Archidiócesis a lo largo de su historia. Dos pantallas gigantes en el interior del templo y una tercera en la Plaza de los Cipreses, en el exterior de la Seo, permitió a los fieles seguir una ceremonia presidida por el cardenal Ricardo Blázquez y en la que participaron 27 obispos, incluido uno de Bolivia, palentino de procedencia, como el propio Argüello.

No fue casualidad que se decidiese celebrar la ordenación el día del Sagrado Corazón de Jesús, como tampoco lo fue que eligiese para su apostolado el lema «Veni, lumen cordium» (Ven, luz del corazón), presente durante toda su alocución.

En su primera intervención, ya como mitrado, Luis Argüello recordó algunas de sus experiencias como católico y como sacerdote y se detuvo con especial cariño en «nuestras parroquias rurales, como la de su Meneses natal (Palencia), o las de Portillo, Matapozuellos, Ventosa y Villalba, en la provincia de Valladolid, a donde le llevó el sacramento del sacerdocio. También habló de «una segunda oportunidad», la que le da su nueva condición de prelado «para vivir la calidad pastoral».

La solemnidad del acto se mezcló con la emotividad de muchos momentos en los que los fieles mostraron su cariño al nuevo mitrado, como cuando ya consumada la ordenación, los asistentes, entre ellos los 250 sacerdotes, rompieron en un sonoro y prolongado aplauso. Al finalizar la ceremonia, los vallisoletanos tuvieron la oportunidad de felicitar personalmente a su emocionado nuevo obispo.