Salvador Rus - Un tiempo propio

Una formación necesaria

«La FP es totalmente necesaria para una sociedad que quiere progresar y garantizar su bienestar»

Instituto de FP Juan de Herrera de Valladolid HERAS

Todas las generaciones han luchado para legar a la siguiente unas condiciones sociales, económicas y vitales mejores que las que ellos habían recibido. Durante los años ochenta se produjo una gran expansión de los campus universitarios. En la actualidad, en Castilla y León contamos con nueve universidades, cuatro públicas y cinco privadas. Este hecho supuso que muchos jóvenes que terminaban sus estudios de bachillerato tuvieran la oportunidad de estudiar una carrera universitaria cerca de sus casas. Algo a lo que sus padres no pudieron acceder. Si estudiaron una carrera fue con el esfuerzo de toda la familia para costear su desplazamiento y manutención.

El incremento de estudiantes universitarios generó en la sociedad dos efectos. Uno, una falta de valoración social de la Formación Profesional. Segundo, la ausencia progresiva de mano de obra especializada para la industria, el comercio y otras actividades económicas. Durante años, el joven que no iba a la universidad se consideraba inferior, cuando quizá su deseo y sueño era cursar unos estudios que le permitieran una rápida incorporación al mercado del trabajo y, una vez en él, mejorar y progresar en la profesión, como ha ocurrido con muchísimos jóvenes. Este fue y será el gran atractivo de la Formación Profesional, la consecución de un objetivo y la progresiva evolución y mejora en la vida laboral.

La Formación Profesional es una opción tan importante como cualquier otra. Pero su necesidad radica en que una nación que quiere progresar y mejorar, necesita profesionales capaces de asumir la responsabilidad de constituir una industria competitiva por la calidad y la fiabilidad de sus productos. Esto se extiende a los servicios y a todas las actividades económicas. En un hotel se necesitan buenos profesionales para atender a la clientela. En los restaurantes la figura del cocinero es tan importante como la del maître o el jefe de comedor. ¿Alguien duda de la importancia de un buen soldador en una fábrica de coches o motos? ¿Es posible imaginar la construcción de una casa sin albañiles y maestros de obra? ¿Podemos pensar en un obrador de panadería sin expertos panaderos? Y así podríamos seguir con todas las actividades económicas. En ellas se necesitan personas cualificadas que conozcan bien su profesión para ofrecer un servicio y fabricar un producto de calidad y fiable. Y también, y muy importante, sean capaces desde la experiencia de innovar y mejorar la oferta de la empresa.

La Formación Profesional se encuadraría en la clasificación clásica de los saberes, en una técnica que exige una ciencia. Es decir, un saber hacer. Lo primero es saber, conocer, aprender y formarse. Lo segundo es hacer. Podemos decir que la Formación Profesional es hacer que tiene que tener como requisito previo un saber. Sin saber no será posible hacer algo bueno y excelente, que responda a las exigencias de un mercado y unos clientes cada vez más exigentes.

La Formación Profesional, con mayúsculas por su importancia, es totalmente necesaria para una sociedad que quiere progresar y garantizar su bienestar. Sin buenos profesionales es imposible generar estabilidad económica y paz social. Por tanto, fomentemos la existencia de una FP de calidad.

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