El presunto agresor de la juez de Segovia: un tipo «que se exaltaba cuando le llevabas la contraria»

«No nos ha pillado por sorpresa, pero tampoco imaginamos que fuera hacer algo así», sostiene la alcaldesa de Fuentes de Santa Cruz

El presunto agresor de la juez de Segovia ICAL

Gonzalo Castro

Alberto, el presunto agresor de la juez de Santa María la Real de Nieva, ya se encuentra entre rejas . Así lo ordenó el miércoles por la noche el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Segovia: prisión provisional comunicada y sin fianza. ¿El motivo? Atacar y apuñalar con un destornillador a la magistrada María Sonsoles Sanchidrián Velayos, que le había condenado a pagar 1.000 euros de las costas de un juicio. El ya preso preventivo hirió en el tórax, el abdomen y el rostro a la juez . La víctima aún continúa ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Segovia.

«No nos ha pillado por sorpresa, pero tampoco imaginamos que pudiera hacer algo así . Es una persona que se exalta a la mínima cuando le llevas la contraria», señala a ABC la alcaldesa de Fuente de Santa Cruz, municipio en el que el presunto agresor trabajaba como agricultor. La regidora María Luis Gil lamenta lo sucedido por culpa de un «vecino conocido por todos» que ahora vivía en Arévalo. «Me da pena que el pueblo salga en los medios por esto», afirma.

La regidora del municipio segoviano, de 125 habitantes y situado a unos 30 kilómetros del lugar donde se produjo «el atentado», explica que el mismo día de lo ocurrido «ya se oía por las calles que había sido él». Según relata, es una persona que «ha sufrido muchos problemas con los vecinos del pueblo». «Ha tenido muchos juicios. Este no es el primero al que acude» , apunta. El de la agresión en las inmediaciones del juzgado de Santa María la Real podría haberse celebrado por problemas con una lindera de las tierras que trabaja.

María Luisa Gil recuerda agobiada uno de los días más tensos que vivió con Alberto, cuando hace años solicitó al Ayuntamiento una licencia de obra. «Yo quería dársela, pero no pudimos en ese momento porque no cumplía las normas. Se enfadó mucho», detalla. El ya encarcelado, que solía acudir al Consistorio «de vez cuando» para exigir su licencia, una mañana sorprendió a todos. « Estaba muy nervioso. Incluso hizo intentos de agredir. Yo ese día no estaba allí y me llamaron para que me quedara en casa. Y claro, por supuesto que no fui», explica.

La alcaldesa asegura que en el pueblo, donde lo califican de «inestable», no pensaban que «fuera alguien peligroso hasta ahora», pero se pregunta si hubiera reaccionado del mismo modo que lo ha hecho si el juez, en vez de ser una mujer hubiera sido un hombre. «Tengo mis dudas», concluye.

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