Una cosecha «buena» según los agricultores está tocando a su fin en Castilla y León
Una cosecha «buena» según los agricultores está tocando a su fin en Castilla y León - ICAL
Agricultura

Los precios más bajos en los últimos diez años empañan una «buena» cosecha

El valor de la recolecta es similar a 2015 pese a lograrse dos millones de toneladas más

Valladolid Actualizado: Guardar
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Como un viaje en montaña rusa de sustos, disgustos y alegrías. Así está resultando esta campaña de cereales en Castilla y León, que ya toca a su fin, con más del 80 por ciento de la superficie sembrada cosechada y únicamente con las máquinas pendientes de entrar en las parcelas más al norte de León, Palencia, Burgos y Soria, siempre las últimas en llenar los tanques. Y es que desde que comenzó con la siembra el pasado otoño ha estado marcada por desvelos y júbilo. Si la sementera fue relativamente difícil por la sequía otoñal, el pasado ejercicio no era mucho más halagüeño y acababa con el temor instalado a que no pudiese extenderse la semilla por todas las parcelas elegidas, las dificultades para nacer en las que ya lo habían hecho, el miedo a que no prosperasen y la insólita imagen de ver el riego en marcha en las tierras en que era posible en plenas navidades, una época en la que la humedad e incluso la nieve debería estar cubriendo los surcos.

Pero 2016 se estrenó bondadoso en lluvias. El invierno y la primavera ricas en precipitaciones ayudaron a ver un campo especialmente verde y frondoso que ha dado como resultado una «buena» campaña, con zonas incluso donde ha sido «muy buena». No será una cosecha récord (algún año se han superado los nueve millones de toneladas) como en un principio se llegó a pronosticar. El grano se ha quedado más pequeño, aún así, las estimaciones elevan el resultado final a unos 7,6 millones de toneladas, según la Consejería de Agricultura y Ganadería (y algo menos según las organizaciones agrarias, que aún así la elevan por encima de las siete). Son unos dos millones de toneladas de grano más (36,9 por ciento) que la campaña anterior y un millón y medio de toneladas (22,5%) por encima de la media del último decenio.

Ésa es la cara dulce de la moneda. Situar la de 2016 entre las mejores cosechas de la década. Pero también la hay amarga. La que está empañando esta «buena» campaña cerealista. Los precios no acompañan. Si esta cosecha está entre las mejores de los últimos diez años, los precios son los peores. Es más, se muy quedan lejos de los de la anterior recolecta, cuando ya habían bajado respecto a las anteriores. A más de 40 euros menos cotiza la tonelada de trigo y a treinta por debajo la cebada, en torno a un 20 por ciento menos. Los 144 y 134, respectivamente, a los que se pagan son los más bajos, y con diferencia, de los últimos años. A más de 220 y 183 se encontraban a estas alturas del año en 2007 y muy lejos quedan los 204 y 171 de 2014.

Hay que mirar muy atrás en la estadística para encontrar unas cotizaciones tan bajas a estas alturas de año. Cierto es que los cereales han estado acompañados tradicionalmente por las fluctuaciones en los precios, pero los agricultores ven con tristeza cómo hace dos decenios e incluso tres sus padres percibían más que ellos ahora por su trigo y su cebada. «Son precios ruinosos» que «no» sirven para cubrir costes, lamenta Aurelio González, de La Alianza UPA-COAG, quien cifra en unos 150 euros el mínimo para «salvar gasto». «Son precios de hace más de 35 años», asegura. «En 1992, mi padre vendió el kilo de cebada a un precio de intervención de 29 pesetas (174 euros la tonelada) y hoy está a 23 (138 euros la tonelada)», advierte el líder de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, quien asegura que además de pagarse el cereal más barato, los costes de producción «se han disparado» y triplicado por el mayor coste de fertilizantes, fitosanitarios... «Menos mal que ha sido una buena cosecha, sino íbamos a pérdidas», advierte. Buceando en las estadísticas oficiales se puede ver cómo (hecha la conversión de las antiguas pesetas a euros) en 1965 la tonelada de trigo cerró la campaña a una media de 521 euros y la de cebada, a 372, muy por encima de la actual. En 1985, ya a la baja también superaba la actual, con unos precios de 216 y 182 euros, respectivamente.

«No conocidos»

«Una cosecha buena en producción, pero no en rentabilidad». Así la resume el presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo, quien considera «vergonzoso» que se pague ahora menos por el grano que «hace treinta años». «Muchos agricultores no han conocido nunca estar cobrando como ahora», lamenta y critica. «Si la cosecha hubiera sido normal, este año podíamos decir que hubiéramos sacado lo comido por los servido, cubierto costes», apunta. Y hace los cálculos del impacto económico, a una media de unos 180 euros la tonelada, similar a la del año pasado -cuando ya había bajado el precio- y con la actual producción, el valor estaría en unos 1.350 millones de euros. A la actual cotización, se queda en unos 1.050 millones, casi al nivel de lo que supuso la anterior campaña, con una producción inferior en torno a los dos millones de toneladas.

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