Okupas cinco estrellas

Abandonado por su dueño y destrozado por «intrusos», los miembros del centro social «La Molinera» toman el lujoso Hotel Marqués de la Ensenada de Valladolid para darle uso cultural

Destrozos dentro del hotel F. HERAS

SERGIO BORJA

En sus orígnes fue la principal harinera de Valladolid . Era conocida como «La Perla» y logró sobrevivir al incendio de 1912 pese a que el fuego destruyó parte del edificio. En el año 2008 se convirtió en el hotel Marqués de la Ensenada , el único espacio hotelero con categoría de cinco estrellas de la capital del Pisuerga. Un singular edificio en la desembocadura del Canal de Castilla con el río Pisuerga y con una decoración que simulaba la del siglo XIX.

Pero el 2 de enero de 2017 su dueño, el alicantino Rafael Martínez. abandonó el inmueble dándose a la fuga y dejando a toda su plantilla en la calle.

Pintadas hechas por los anteriores okupas en una de las habitaciones del hotel F. HERAS

Tras su cierre y después de trece meses clausurado, varias personas asaltaron el complejo para vivir ocupados dentro de sus instalaciones. Metros y metros de cable de cobre arrebatados, varias pintadas, destrozos y montañas de basura han sido lo que se han encontrado los colaboradores del centro social «La Molinera», que también han «ocupado» este lugar y que, según uno de sus portavoces, Javier Lázaro, «decidimos entrar de una vez por todas cuando se produjo el incendio -a finales de abril- porque no queríamos que sufriera más desperfectos».

Imagen de una pared con pinturas F. HERAS

El que fue un hotel reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) y situado sobre el Canal de Castilla abrió sus puertas el pasado 7 de julio para que los medios de comunicación y los vecinos cercanos al complejo pudieran ver el interior del inmueble. La semana anterior, los activistas culturales tuvieron que limpiar las dos primeras plantas « arrasadas por el vandalismo », según aseguró Lázaro. «Habían quitado el pladur y habían arrancado todo el cobre del edificio, además de dejar las habitaciones destrozadas». A pesar de sus esfuerzos, las estancias y las salas todavía no están impolutas y las funciones a las que van a estar destinadas todavía no están decididas, aunque, según este portavoz, quieren «instalar una biblioteca a corto plazo; más a futuro, queremos que el edificio esté dedicado a personas que necesiten su propio espacio artístico».

El desorden es evidente en varias dependencias F. HERAS

En cuanto a la fachada, se han visto obligados a poner una pancarta enorme para tapar pintadas ofensivas realizadas por los anteriores okupas. Tras hablar con el Ministerio hace unos días, pudieron pintarlo de verde para poder dejarlo como estaba.

Trabajo pendiente

«Lo que no queremos es que vuelva a entrar gente a hacer daño al edificio. Nos hemos dejado la piel para que el edificio estuviese limpio y hemos achicado mucha agua. Cuando entramos, la bomba de agua estaba rota y nos encontramos el sótano inundado.», aseguró Daniel Lázaro. Bien es cierto que todavía tienen un inmenso trabajo por hacer, ya que la última planta, donde se quemó la habitación «sigue llena de hollín y las paredes siguen manchadas de humo».

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