Mantienen los 14 años de prisión a un hombre por violar a su hija desde los doce años

El TSJ de Castilla y León reduce la pena a la madastra, que conocía el sufrimiento de la menor, al aplicarle el «miedo insuperable»

Imagen de archivo de una balanza de justicia ABC

AB

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de 14 años a un varón por delito continuado de abusos sexuales sobre su hija, de 10 años, y ha reducido de seis a dos años y nueve meses la pena para su madrasta, que sabía lo que estaba ocurriendo pero que no hizo nada al entender el tribunal que tal comportamiento estuvo mediatizado por el «miedo insuperable».

El condenado, de 60 años, cuando su hija contaba con 10 años, «en multitud de ocasiones y guiado por el propósito de satisfacer su deseo sexual», realizaba a la menor tocamientos en los pechos y en los genitales, si bien cuando cumplió 12 años comenzó a penetrarla vaginalmente, sin utilización de método anticonceptivo alguno, eyaculando fuera de la vagina, según recoge la confirmación del fallo. Dichas relaciones sexuales con penetración vaginal las realizó el condenado sobre su hija en numerosas ocasiones tanto en el domicilio familiar cuando tenía ocasión, así como en el coche, cuando iba con la niña a hacer la compra, realizar un viaje o llevar a cabo cualquier actividad, informa Ep.

Después de los contactos sexuales, el padre decía a su hija que no se lo contase a nadie porque no la iban a cree r, se iba a sentir avergonzada y se quedaría sola.

Cuando la pequeña le recriminaba su actuación, él contestaba que no podía contenerse y le prometía que no iba a volver a suceder, pese a lo cual, antes de la denuncia presentada el 28 de julio de 2020, los abusos con penetración vaginal se incrementaron, llegando a realizarlas varias veces por semana.Así, en la semana de 20 al 26 de julio de 2020, periodo en el que él estuvo enseñando a conducir a la niña, detuvo el vehículo en una calle cortada cercana al domicilio donde dijo a su hija que se apease y, a continuación, le bajó el pantalón y las bragas e introdujo su pene en la vagina de la menor mientras ella lloraba.

Dado lo incesante del comportamiento sexual de su padre y angustiada por el sufrimiento, la víctima contó finalmente los hechos. Su sufrimiento, sin embargo, ya se lo había contado a su madrastra, la también condenada, con la que convivía en el domicilio familiar .Pese a ello, la sentencia recoge que la mujer, de 39 años, no hizo nada para impedir que su pareja continuara teniendo relaciones sexuales con la niña, limitándose a decir a la menor que debía arreglarlo con su padre porque ella no podía hacer nada. Ella llevaba viviendo en España con su marido desde hace unos 12 años, con el que tiene tres hijos de 11, 9 y 8 años. Su conducta se había visto mediatizada por el temor de lo que le sucedería a ella y a sus hijos si denunciaba y se enfrentaba a su marido , en un país en el que no está integrada, no maneja bien el idioma y en el que no tiene familia propia.

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