Empresas

Llega el cartucho ecológico

La empresa Bioammo con sede en Segovia fabrica la primera munición biodegradable del mundo

En Castilla y León hay alrededor de 150.000 cazadores con licencia . Arriba, los cartuchos ecológicos ICAL

IGNACIO MIRANDA

El sector de la caza siempre ha perseguido el anhelo de disponer de cartuchos biodegradables, incluso mucho antes de que lo ecológico entrara a formar parte de nuestras vidas y fuera una exigencia legal. Ahora, en la localidad segoviana de Santa María la Real de Nieva , este propósito se hace realidad tras la reciente apertura de BioAmmo, una empresa dedicada a producir la primera munición de uso cinegético y deportivo de este tipo, al sustituir el plástico convencional por un material de bioplomeros de origen totalmente vegetal, que luego desaparecen por degradación natural. Un ejemplo muy ilustrativo del compromiso medioambiental de esta actividad, tan estrechamente ligada al campo, y de la apuesta firme por la innovación en el medio rural.

Promovido por el empresario Enrique López-Pozas, la factoría, que cuenta con 25 empleados y tiene previsto incrementar la plantilla en los próximos meses hasta duplicar esa cifra, ha supuesto una inversión de más de 8 millones de euros, parte de los cuales proceden de financiación de la Administración autonómica, Bankia e inversores privados. Posee una superficie de 3 hectáreas, si bien la fábrica puede ampliarse hasta las 13 hectáreas. Su implantación en este municipio, de apenas un millar de habitantes, ha conllevado un claro beneficio económico para la comarca, ya que los trabajadores contratados proceden de localidades colindantes.

La novedad impulsada desde Bio Ammo, que marca un antes y un después en la industria armamentística, responde al interés personal de su impulsor, un ejecutivo andaluz con ascendencia de Segovia, que hace ya más de una década se puso manos a la obra. «Hace ya más de una década, motivado por una clara conciencia ambiental, me puse a investigar y comprobé que no existía ninguna patente de munición no contaminante. Entonces ya pensé que tenía que sacarlo adelante sí o sí. Me puse a estudiar ingeniería de inyección y extrusión de bioplásticos. La idea fue tomando cuerpo y la final se hizo realidad en Segovia, donde he contado con un apoyo decidido», explica López-Pozas, quien adelanta su proyecto de convertir la fábrica, a medio plazo, en un centro tecnológico que investigue cómo erradicar los plásticos.

Un 90% de territorio cinegético

«En España -prosigue- hay un millón de cazadores, cientos de miles de practicantes de tiro deportivo y el 90% del territorio es cinegéticos. Con este tipo de cartuchos, biodegradables y biocompostables, se produce una claro beneficio para el medio natural, al desaparecer del suelo la huella de CO2 que dejaban los tradicionales”. Tanto las vainas como los tacos proceden de materiales vegetales que, una vez depositados sobre el terreno, inician un proceso de descomposición por acción bacteriana, que puede durar entre 6 y 24 meses. Una vez transcurrido ese tiempo, desaparecen de la superficie, ya que se reincorporan al suelo como biomasa por acción de microorganismos u hongos. De esta manera, queda resuelto el problema del plástico de la munición abandonada en el campo cuando no se recoge, y que estará prohibido por la normativa de la Unión Europea a partir del año próximo para materiales de un solo uso.

La factoría ha supuesto una inversión de 8 millones de euros y da trabajo inicialmente a 25 empleados

Por otro lado, los cazadores también van a experimentar las mejores prestaciones de la munición de BioAmmo en lo tocante a velocidad y presiones. Es decir, no sólo es un artículo más ecológico, sino que posee un rendimiento óptimo para los usuarios. Así las cosas, el futuro se presenta de lo más prometedor para la empresa enclavada en la provincia de Segovia, ya que en la actualidad exporta el 80% de su producción. La existencia de una demanda asegurada de este volumen se va a traducir en la ampliación de turnos de la fábrica, al pasar de uno a tres. De esta manera, la cadena funcionará de forma constante durante las 24 horas del día con un objetivo ambicioso ya marcado: llegar a una producción anual de 40 millones de cartuchos. Para el primer ejercicio de actividad, se prevé una facturación de 10 millones de euros.

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