La directora Naomi Kawase, durante su estancia en Valladolid
La directora Naomi Kawase, durante su estancia en Valladolid - EFE
60 AÑOS DE LA SEMINCI

Kawase conmueve Valladolid

Ovación del público a la cineasta japonesa por su película «Una pastelería en Tokio»

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Dieciocho años después de que la Seminci estrenara «Suzaku», su primer largometraje de ficción, y ocho años después de estrenar en Valladolid «El bosque del luto», la cineasta japonesa Naomi Kawase se desplazó este año por primera vez a la Semana Internacional de Cine de Valladolid para participar en la Sección Oficial con «Una pastelería en Tokio», una deliciosa y conmovedora historia sobre la armonía, la libertad y la tolerancia, que cosechó una sonora ovación a su paso por el certamen, informa Ical.

La gastronomía le sirve de punto de partida a la autora de «Shara» para dibujar un fresco luminoso y humanista protagonizado por tres personajes de tres generaciones diferentes que viven de espaldas a la sociedad. En el primer plano del film seguimos a Sentaro, un hombre joven, subir a la azotea de su edificio en plena madrugada para respirar.

La cámara sigue sus pasos, arrastrados, y es fácil intuir que su espalda soporta una pesada carga («para el resto de su vida») que tardaremos en descifrar.

Sentaro regenta una pequeña pastelería, donde habitualmente hace un alto a media mañana una joven estudiante llamada Wakana, y a la que llega una anciana de nombre Tokue pidiendo trabajo. La avanzada edad y la torpeza de movimientos de la mujer mayor frenan inicialmente a Sentaro en su contratación, pero todo cambia cuando prueba el delicioso anko (una pasta de judía dulce que sirve de relleno para los doriyakis) que prepara Tokue.

La autora de este brillante canto a la vida explicó a los medios que «el tema principal de la película son las personas que sufren lepra, que han sido discriminadas y separadas del resto de la sociedad en Japón. Igual que Tokue, la protagonista, todavía queda gente que sufre esta enfermedad y sigue sufriendo discriminación por ello, pero lo afrontan de una forma muy positiva».

«Muchas veces les vemos como gente pobre, que está debajo de nuestro nivel, pero todo el equipo de rodaje hemos recibido mucho coraje y alegría de vivir de ellos, y con esa sensación hemos realizado esta película. Su capacidad de resistencia es algo maravilloso, es el espíritu que tienen tanto la novela como la película», explicó.

«Una pastelería en Tokio», que llegará el 6 de noviembre a los cines de toda España, es el primer largometraje de Kawase en el que no parte de material propio sino que afronta una adaptación de un texto ajeno, la novela homónima de Dorian Sukegawa. Fue el propio autor quien le envió su obra a la cineasta, que no dudó en asumir el reto. «Tuve que cortar algunas escenas muy emocionantes de la novela para que la película no perdiera ritmo, pero el autor y su editorial me dieron su visto bueno», apuntó sobre un filme que ya han visto más de 230.000 espectadores en Japón.

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