Los hoteles confían en los «días fuertes» para llenarse de turistas

Jueves y viernes están casi completos pero el sector ve el resto de la semana «más floja»

Un capuchón de Semana Santa en Valladoloid ICAL

Clara Rodríguez

Los hosteleros de Castilla y León encaran la Semana Santa con unas expectativas felices pero prudentes. Hace unos días, e l portavoz de la Junta en funciones, Carlos Fernández Carriedo, indicó que la ocupación media estaría al 81%, pero al ahondar en los números las asociaciones cuentan que son, a la vez, mejores y peores que ayer. «Estamos contentos porque el panorama es mucho mejor que el año pasado, pero lo vemos más flojo que en 2019» , explica el presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Francisco Posada. Al frente de la de León, Martín Méndez, devuelve una mirada más optimista: «Las previsiones son obviamente mucho mejores que en 2021, pero esperamos igualar con 2019». Su homónimo en el sector zamorano, Óscar Somoza, indica un matiz, al declarar que afrontan estos días «tanto con ilusión como con incertidumbre», porque puede darse el caso de que llenen «los días fuertes» pero cabe la posibilidad de que con la misma ocupación, sus beneficios «se vean mermados».

Y es que la subida de costes les afecta de forma directa e indirecta, porque, además de creer que se embolsarán un menor margen de ganancia, remarcan que el propio turista podría reducir la cantidad de noches fuera. «La economía doméstica está muy tocada y vemos cierto frenazo en el consumo», insiste Posada, que lo ilustra con las cifras de la provincia vallisoletana. Jueves y viernes estarían al 90% de ocupación, pero la media de la semana baja al 55%. Lunes y martes, los peores días con diferencia, ya que no llegan al 40%. En Zamora también contrasta el ‘tirón’ de jueves, viernes y quizás, sábado (80-90% de ocupación) con un Miércoles Santo en el que «como mucho» esperan un 70% de habitaciones llenas. La mejor parada es León: a las casas rurales «les va bien», pero en ciudad Méndez habla de un «todo reservado» con 95% de ocupación. Destacan jueves, viernes y sábado, «pero esa gran ocupación se traslada en parte al resto de días», asegura.

Somoza valora que en su caso se aprecia «una diferencia brutal» entre capital y provincia, a favor de esta última. De hecho, Carriedo también pareció apoyar esta tesis, al decir que el 87% de las plazas de turismo rural estaban llenas. «El confinamiento supuso un cambio de hábitos, el cliente se ha acostumbrado al turismo rural, y ahora se reserva antes», valora Somoza. También considera que el turista ‘urbano’ espera y mira al cielo, así que sólo el tiempo dirá, en todos los sentidos de la frase. Los alojamientos -la Comunidad cuenta con 1.044 abiertos- no pierden de vista que el clima marcará la pauta para anotarse (o no) esas reservas de última hora.

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