Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Retrasar la pobreza

«Para el Gobierno, que es un Ejecutivo de adolescentes, sólo importan los 140.000 millones de Europa -que no tienen ni idea de cómo captar y en qué invertirlos- porque como buenos imberbes pasan los días mirándose a sí mismos»

El primer ministro húngaro Viktor Orban habla con su homólogo en Polonia Mateusz Morawieck. A la izquierda, el presidente francés Emmanuel Macron junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen EFE

La vida hasta hace un rato consistía en ir posponiendo la posibilidad de ser millonario al próximo euromillones o a la próxima armonización fiscal. Conforme se van cumpliendo años uno va perdiendo la necesidad de ser millonario, más que nada por falta de interés. Porque en eso consiste madurar, en darse cuenta de que los pocos caprichos que hemos ido adoptando tampoco son tan caros.

España tenía esa necesidad de hacerse rica, con todos sus booms y sus burbujas después de la dictadura, porque España entonces era adolescente y ahora nos ha salido gamberra. Hay países que crecen a gusto consigo mismo y luego está España todo el día ciscándose en España. A disgusto con su historia, con sus fronteras, con su presente y con su futuro. España, porque así lo quieren unos cuantos charlatanes, es una adolescente y le hemos puesto al frente a otro adolescente y así andan haciéndose los amores Pedro y España.

Para el Gobierno, que es un Ejecutivo de adolescentes, sólo importan los 140.000 millones de Europa -que no tienen ni idea de cómo captar y en qué invertirlos- porque como buenos imberbes pasan los días mirándose a sí mismos. Y es que desde Carlos V España no ha vuelto a tener vocación europea.

Decía el otro día Garicano que la oportunidad es buena si se sabe aprovechar. Y lo decía como si no supiera que esto es precisamente España y que con los fondos de reconstrucción ocurrirá lo mismo que con los Miner y tantos otros millones antes, que se iban a destinar a crear un futuro y el futuro resultó ser un frontón… Y después otro y así hasta que hubo uno en cada pueblo. Lo único interesante de los fondos europeos es ver al Gobierno prometiendo millones. Sólo falta que Pedro Sánchez, como Pepe Isbert, vaya casa por casa preguntando qué le pediremos a Von der Layen.

Ayer se anunció en Bruselas que al fin Hungría y Polonia retiran su veto a los fondos europeos. Eso significa que habrá «plan Marshall» para paliar los efectos de la pandemia y que mientras Europa suelte millones y el BCE garantice financiación barata, «España va bien».

«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde». Justo ahora, en plena crisis, cuando la vida no consiste en hacerse rico, sino en posponer la pobreza un rato más.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación