Félix, el ángel de los camioneros

Logró el «ok» de la Junta para cuidar gratis a los transportistas durante la cuarentena desde su negocio hostelero

Félix en la barra de su restaurante en Pancorbo

Gonzalo Castro

No solo hay ángeles en el cielo, también en la carretera. «Vivo con mi mujer encima de nuestro restaurante. Desde casa veía a los camioneros que paraban a dormir en el área de descanso. Un día, a las ocho de la mañana, me acerqué a un camión, toque en la puerta y le pregunté si quería un café. Me vino llorando porque llevaba tres días sin tomar algo caliente y sin poder ir al baño ». Así comenzaron un 17 de marzo Félix Rodríguez e Idoia Bengoetxea una historia que ha cautivado a miles de ciudadanos. La publicación en una red social, en la que se agradecía que un hotel-restaurante llamado El Molino, en Pancorbo (Burgos), ofrecía café gratis a los camioneros, logró más de 65.000 interacciones. «Sí, he leído muchas felicitaciones y agradecimientos», cuenta muy satisfecho Félix.

«Los camioneros me veían con mi mujer en la terraza del bar tomando un vino. Se acercaban y nos pedían un café o un bocadillo. No les cobraba», explica. «Vosotros estáis peleando con la mercancía durante la cuarentena» , contestaba. «Decidí no cobrarles nada hasta que saliéramos de esa situación». Con el negocio cerrado como decretaba la norma, su día a día varió, pero no en exceso. «Ya no abría a las 6.00 horas como hago normalmente, a lo mejor salía de casa sobre las 8.00 y miraba a ver si había llegado algún camionero», relata. Cuando bajaba al restaurante, encendía las luces del establecimiento y los transportistas se acercaban. «El café, siempre en vaso de plástico», recalca.

Pero el Molino no solo repartió cafés gratis a sus camioneros. «Si mi mujer un día preparaba una paella, en vez de cocinar para ella y para mí solos lo hacía para 30 personas» , bromea. «Cada vez que venía un camionero le ofrecíamos un plato». Aprovechaban los guisos de casa para ofrecérselos a los clientes: «Me acuerdo cuando hicimos una cazuela de chorizo a la sidra. Les dimos una tapa a los que vinieron. Era la única forma de que comieran algo caliente».

Félix e Idoia no se conformaron con dar bebida y alimento a los camioneros, que no dejaron de trabajar pese a la delicada situación que vivía el país por el Covid-19. Lucharon con la Junta de Castilla y León para que les permitiera abrir el hotel y dar alojamiento. «Les pedí que nos dejaran dar una cama a mujeres maltratadas y trabajadores esenciales como camioneros o albañiles». Por supuesto, también de manera gratuita. «Al final, solo durmieron aquí dos hermanos que tuvieron que esperar un par de días por una mercancía», cuenta. «Hay transportistas que vienen desde Alemania, que duermen durante una semana en el camión y que necesitan un colchón y una sábana limpia».

El Molino, con el «ok» del Gobierno autonómico, abrió además sus puertas para que los clientes pudieran entrar al baño a hacer sus necesidades. «La mayoría tienen que hacerlo en la rueda del camión», lamenta. Félix y su esposa Idoia también recordaban a los camioneros que las duchas estaban abiertas. « Normalmente cobramos tres euros por ducha, pero esos días fue siempre gratis. Desinfectábamos todo con lejía cada vez que alguien usaba los servicios» , afirma.

Viral en redes sociales

David Expóstio, un camionero burgalés que trabaja en Miranda de Ebro, se abrió Facebook para contar al mundo la hazaña de su vecino en Pancorbo. Nunca imaginó la repercusión que tendría su mensaje: «Nos ha contestado gente de todo el país». «Cuando fui al restaurante, vi que Félix no cogía el dinero a nadie. Un día se lo dejé en la barra del bar y me fui corriendo», explica entre risas. «Es un gran hombre».

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