La familia de Leticia Rosino «vigilará» que su asesino entre en prisión cuando cumpla la mayoría de edad

El menor violó a la joven de Castrogonzalo cuando estaba «semiinconsciente» y luego la mató con una piedra

Familiares y vecinos de Castrogonzalo, ante las puertas del Juzgado de Menores de Zamora ICAL

ALBERTO FERRERAS

El asesino confeso de Leticia Rosino se dirigió a la joven de 32 años «con la intención de satisfacer sus deseos sexuales». Se acercó a ella se por detrás para agarrarla por el cuello, taparle la boca y arrastrarla hasta la parte trasera de un parque, donde la golpeó con una piedra en la cabeza, lo que la dejó «semiinconsciente e indefensa por el trauma craneal». Posteriormente, también intentó estrangularla para luego «penetrarla vaginal y analmente con eyaculación», sin que la víctima pudiera oponer resistencia por su estado. Por último, el menor la volvió a golpear con una piedra en la cabeza «con el propósito de acabar con su vida e impedir que se conociera» lo ocurrido y, al observar que aún estaba viva, cogió una piedra aún más grande para golpearla «brutalmente». Fue ese último golpe el que acabó con la vida de Leticia Rosino al provocarle un traumatismo craneoenfálico «de gran intensidad, con la destrucción de centros nerviosos vitales», regún recoge la sentencia dada a conocer ayer por el Juzgado de Menores de Zamora, en la cual se condena por delitos de agresión sexual y asesinato al adolescente de Castrogonzalo de 16 años.

Al joven se le ha impuesto una medida de ocho años de internamiento en régimen cerrado y cinco más de libertad vigilada, con la prohibición de acercarse a Tábara o Castrogonzalo, donde residen los familiares de la víctima, durante el lustro que permanezca bajo vigilancia «con asistencia educativa» tras salir de prisión. La familia de la víctima señaló ayer que estará vigilante además para que el asesino pase a un centro penitenciario para adultos nada más cumplir la mayoría de edad, ya que la ley deja abierta la posibilidad de que lo haga entre los 18 y los 21 años. Por el momento, el condenado seguirá en el centro de menores Zambrana de Valladolid, en el que ingresó en régimen cerrado a los pocos días de cometer el crimen. Contra el fallo judicial cabe la posibilidad de interponer recursos de apelación ante la Audiencia Provincial de Zamora, aunque no es probable que se formulen alegaciones, ya que el menor reconoció los hechos en el juicio y las penas coinciden con las peticiones de Ministerio Fiscal y acusación particular.

La sentencia fija asimismo indemnizaciones para la pareja, los padres y el hermano de Leticia Rosino, que ascienden conjuntamente a un total de 229.646 euros. En la vía civil, el juez determina además que de la indemnización se haga cargo tanto el menor como, de forma subsidiaria, su padre. Así, el progenitor, al que el adolescente intentó incriminar en un primer momento antes de confesar la autoría del crimen, deberá hacerse cargo de la responsabilidad civil como tutor legal del chico.

Intentó estrangularla

El juez de Menores de Zamora señala en el relato de hechos que el asesinato se produjo sobre las seis de la tarde del pasado 3 de mayo, cuando el adolescente cuidaba el rebaño de ovejas de su padre en un paraje a las afueras del pueblo y vio a la víctima pasear por las inmediaciones.

El asesino confeso, a su llegada a los juzgados de Zamora ICAL

En el juicio, celebrado el pasado 29 de noviembre, el menor reconoció expresamente en su interrogatorio que hubo «penetración vaginal y anal» y que posteriormente causó la muerte a la víctima con golpes con piedras. Los informes forenses mencionados en la sentencia concluyeron además que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defensa y que el agresor sexual pretendió «satisfacer sus apetitos sexuales» y después mató a la víctima para evitar que se descubriera el delito de agresión sexual. El juez determina que también existe un delito de asesinato «más allá de toda duda razonable» y deja claro que el menor actuó con plenas facultades mentales y consciente de lo que hacía, ya que los forenses determinaron que «no se observan signos ni síntomas de patología psiquiátrica» en el condenado.

«Sólo los queda la rabia y la impotencia»

La sentencia no supone ningún consuelo para la familia de Leticia Rosino, aunque sí «un acicate» para continuar su lucha para que se cambie la Ley del Menor con el fin de que en los delitos más graves las penas se incrementen, según declaró el tío de Leticia Rosino y portavoz de la familia, Santiago Andrés. «Al final, la rabia y la impotencia es lo único que te queda», añadió tras conocer el fallo judicial. La lucha por el endurecimiento de las penas a los menores que cometen delitos de sangre no es por Leticia Rosino, que «ya no va a volver», sino para evitar que haya más casos y si los hay que haya condenas más justas. Santiago Andrés lamentó que mientras al autor del asesinato se le ponen psicólogos, nadie se preocupe de la familia de la víctima. De la indemnización, no cree que se llegue a cobrar porque «no tienen ni un duro» ni el condenado ni su padre.

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