La expolicía condenada por el asesinato de Isabel Carrasco disfruta ya de permisos penitenciarios

Raquel Gago ya ha cumplido más de una cuarta parte de sus catorce años de condena

Raquel Gago, el día que ingresó en el centro penitenciario de León para cumplir condena, antes de su traslado a Alcalá de Henares ICAL

ABC

La e xagente de policía local Raquel Gago , condenada a catorce años como cómplice del asesinato de la expresidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, ha podido abandonar la prisión Madrid I, en Alcalá de Henares, al recibir los primeros permiso penitenciarios desde su encarcelamiento. Según han informado este jueves a Efe fuentes de Instituciones Penitenciarias, Gago salió de prisión el pasado 27 de mayo y regresó el 30, y ese mismo día recibió un nuevo permiso que podrá disfrutar hasta el 4 de julio.

El hecho de que haya encadenado ambos permisos se debe a que todas las salidas fueron suspendidas durante la crisis sanitaria y los tenía pendientes.

Gago fue trasladada a este centro penitenciario el 17 de mayo del pasado año desde la cárcel de Villahierro, en Mansilla de las Mulas (León), donde cumplió parte de la condena por su implicación en el asesinato de Carrasco.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias aceptó la petición de Gago de ser trasladada a Madrid en atención a la buena conducta mostrada durante su estancia en la prisión leonesa.

Condenada por cómplice de asesinato

Gago cumple una condena de catorce años como cómplice del asesinato de Carrasco y ya ha cubierto la cuarta parte de la pena, lo que la habilita para disponer de sus primeros permisos.

Según los hechos probados y recogidos por la sentencia del asesinato de Isabel Carrasco, Montserrat González disparó el 12 de mayo de 2014 hasta en tres ocasiones a bocajarro contra la presidenta de la Diputación de León y del PP en esta provincia, en una pasarela la peatonal sobre el río Bernesga.

La sentencia establece que contó con la colaboración de su hija, Triana Martínez, y de Raquel Gago, amiga de la anterior y que se hizo cargo del arma homicida.

La expolicía siempre negó su participación en los hechos y declaró durante el juicio que se había encontrado casualmente a Triana tras el asesinato y que ésta escondió el arma en su coche sin que ella se percatase.

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