Evacuación «casa por casa» para no dejar a ningún anciano atrás y huir de la «pesadilla»

Los alcalde de la zona de la Sierra de la Culebra afectada por la llamas narran una «noche de auténtica locura y de terror» para escapar de las llamas y el intenso humo

JCYL

ICAL

Al caer la noche, no se preveía peligro para las viviendas asentadas en la zona de la Sierra de la Culebra , pero sus habitantes miraban con miedo por la ventana un cielo teñido de naranja por unas llamas que poco a poco fueron tomando terreno. Hacia las tres de la madrugada, cuatro localidades tuvieron que ser evacuadas y a ellas se han sumado otras cuatro esta mañana. Cientos de vecinos han abandonado sus pueblos en los que se comprobaba «casa por casa» que ningún vecino, la mayoría de avanzada edad, quedara atrás.

«Hemos tenido que desalojar rápidamente a todo el pueblo. Ahora parece que las cosas están un poco más tranquilas pero ha sido una noche de auténtica locura y de terror. La peor pesadilla de mi vida », asegura el alcalde de San Vicente de la Cabeza, Fernando González, quien explica que «estuvimos colaborando también en el desalojo de La Torre, Pobladura y Cabañas . Fatal, la situación. Se ha quemado un rebaño de ovejas también. Esto es muy duro. Al menos, no hay nadie herido. Creo que va a ser en breve porque está la cosa bastante tranquila. Allí el humo deja ya ver bastante y los niveles y los parámetros están bien», valora.

A eso de las dos de madrugada, el riesgo era «inminente» y el humo amenazaba la zona. «Había una nube tóxica de humo. Las llamas, al ladito del pueblo y, entre la Guardia Civil, principalmente, y yo, algún viaje, empezamos a traer a la gente. No esperamos a los autobuses . La delegada había fletado alguno pero pensamos que era mejor hacerlo directamente nosotros, que estábamos ahí», explica, por su parte, el alcalde de Riofrío de Aliste, Germán Matellán, que cuenta con los dedos de una mano las horas que ha dormido desde la noche del pasado miércoles. «La Unidad Militar de Emergencias montó 22 camas pero hay otras 50 o 100, por si la cosa se agravaba y no ha sido necesario montarlas. Y mucha pena, mucha pena. Esta gente mayor; algunos, con botellas de oxígeno enchufables. Una cosa es verlo en la televisión y otra, vivirlo directamente. Estoy conmocionado», asegura.

En Sarracín de Aliste, el riesgo fue «muy alto» y se llegó a plantear la posibilidad de evacuar, no tanto por el riesgo de que las llamas llegasen al pueblo, sino porque la nube de humo estuvo momentáneamente situada sobre el pueblo. «Nos lo planteamos pero, al final, el viento se llevó esa nube, que pensamos que era tóxica, con mucho humo, mucha ceniza. Caían cenizas gruesas y, en este momento, no hay riesgo de evacuar. Serían cerca de 240 personas las que tendríamos que evacuar, mínimo. Bueno, 237 empadronados, aunque en Sarracín hay más de 400 personas», dice Germán Matellán.

«La situación es mala. El fuego avanza mucho y el humo es impresionante. Esto se ha puesto fatal y cada vez se respira peor. La alarma empezó por La Torre, a las tres y media de la mañana y, después, fue subiendo. A las cuatro y media, Pobladura; y a las cinco me llamó el subdelegado del Gobierno, explica el alcalde de Mahíde, Roberto Cisneros. «Nos ha pillado por sorpresa porque pensábamos que, aquí llovió, por ejemplo, pero vino un viento tan fuerte de noche que no han podido con él . Y, como de noche los medios aéreos no pueden moverse, pues les pilló así, de repente».

Cisneros expone con tristeza «cómo se va el trabajo de una vida entera» de mucha gente. «Esos pinos los puso mi padre y, ahora, pues es una pérdida grandísima, tanto forestal como para la fauna. Aquí estábamos funcionando muy bien con los cotos de caza y es una pérdida enorme, muy difícil de recuperar; para muchos años, muchos años. Ya nos pasó una vez, que tuvimos que evacuar a unos niños del campamento de San Pedro, les trajimos al cole de Mahíde, que eran de Don Benito, Las Palmas y Sevilla, un colegio claretiano, que eran 500 niños. Pero entonces era yo chiquitín, tengo 50… Pues, fíjate, pues, a lo mejor, otros 40 años, como mínimo, en regenerar la cosa».

De las 350 personas que están empadronadas en el municipio de Mahíde, al menos unas 250 se encuentran ahora en el pabellón de Alcañices, ya que el resto ha ido a otros destinos momentáneos. «Aquí tenemos a los habitantes de Pobladura, La Torre y Mahíde. Parece que se está solventando la papeleta, de momento. La noche ha sido mala porque, a las tres de la mañana, me avisó la delegada de que había que evacuar los pueblos y que tenía que preparar el pabellón y recogerlos aquí», expone el alcalde de Alcañices, Jesús María Lorenzo. «Y aquí llevamos toda la madrugada, recogiendo a la gente, atendiéndola. Hemos tenido que subir de todo. Al pabellón le hemos puesto ceca de 200 camas y sillas. Hemos dado de desayunar, agua y ahora hemos instalado los servicios médicos que los atiendan porque hay mucha gente mayor », concluye.

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